1. La cultura del antihumanismo.

A pedido de algunos universitarios presentaré cuatro reflexiones sobre el deseo sexual. No podemos hablar de la sexualidad sin un conocimiento de las ideas y los factores del ambiente que influyen en el conocimiento y comportamiento del ser humano.

La ciencia empezó a desarrollarse principalmente en los siglos 17, 18 y 19 con su aplicación en la tecnología, llamada el inicio de la época de la Modernidad.  La ciencia será considerada como el único verdadero conocimiento y los otros tipos de conocimiento como fábulas.

Hoy en día se cuestiona el carácter de certeza del conocimiento de la ciencia porque el conocimiento adquirido puede ser superado por otro que demuestra lo contrario. Los inventos científicos tienen poca duración. La ciencia no puede fundamentarse a sí misma.

La ciencia tampoco puede prescribir porque descubrir un hecho no implica dar a conocer a la vez la norma. La ciencia desemboca en la tecnología. La ciencia y la tecnología no buscan un consenso sobre lo verdadero, lo justo, lo bello sino el principio más eficiente. Ya no existe una visión global o universal que indica fines para lograr la emancipación de la humanidad porque los resultados prácticos de la tecnología son tareas parciales. Dada esta situación, el manejo de las grandes decisiones ya no depende de los políticos sino de los dueños de la tecnología, de la producción, de la información y de la publicidad. La tecnología es la nueva ideología. Ya no hay que apelar a las virtudes o valores espirituales para organizar la sociedad. Los vínculos sociales se disuelven en una masa de átomos individuales. Al ser humano lo entretienen con televisión, cine e internet.

Nietzsche (1844-1900) critica la Modernidad de la ciencia y de la tecnología. El define una nueva cultura de la relatividad. Él dice que la Modernidad ofreció traer la felicidad reemplazando la fe en Dios y la autoridad religiosa por la razón y la libertad. Sin embargo, seguían las guerras, la pobreza, las enfermedades etc. Para Nietzsche los modernos siguen siendo “creyentes” aunque ya no creen en Dios sino en ideales superiores a la vida, como los derechos humanos, la ciencia, la razón, la democracia, el socialismo, la patria, la revolución, el progreso y la sociedad sin clases. Todos son un engaño. El ideal es la mentira que pesa sobre la humanidad.  Él señaló que ya no se trata de construir un mundo humano, un reino de los fines donde los hombres sean iguales en dignidad. No hay nada trascendental a la vida. La razón es solo reflejo de intereses. La libertad es voluntad de poder. La lucha por el individualismo surge en reacción contra sistemas del liberalismo y el socialismo, impuestos por la razón de la modernidad que elimina la participación del individuo. Nadie sabe adónde va este mundo.

El fin de la fe en Dios es al mismo tiempo el fin de los valores tradicionales porque ya no tienen el fundamento de la autoridad divina. El universo es indiferente. Nietzsche es uno de los primeros que señala con claridad que la desaparición de Dios significa también el fin de la moral.

El cuestionamiento de la razón, que era el fundamento de la Modernidad, realizado por Nietzsche, trajo como consecuencia que los grandes filósofos del siglo XX asumieron como criterio básico de su pensamiento el escepticismo o la duda en lugar de la verdad y del bien. Estamos ahora en la llamada época Posmoderna. Esta filosofía posmoderna refleja la mentalidad actual. No se puede conocer ni la verdad, ni el bien, ni el mal. El ser humano es un individualista.

También las ideologías tradicionales son materialistas y ajenas a la ética. El liberalismo defiende la libertad sin normas y el socialismo afirma que el cambio de las estructuras traerá la ética que nunca vendrá porque la ética no tiene su origen en las estructuras. Un ejemplo es la corrupción. Está presente en la derecha y en la izquierda. Algunos líderes de la izquierda se quedan en el poder, metiendo los líderes de la oposición en la cárcel. No entienden que ninguna ideología es absoluta. La teoría de Género, en su interpretación extrema, tampoco menciona a los valores espirituales.

El predominio de la tecnología y el escepticismo han traído sus consecuencias para las relaciones entre las personas y la vida sexual.

Por P. Johan Leuridan Huys