¿Se está perdiendo la costumbre de santiguarse frente a los templos o imágenes santas?
Al caminar por las calles aún se observa a personas que al pasar por templos o imágenes santas tienen la sana costumbre de santiguarse, que significa una expresión auténtica de fe.
El catecismo en el numeral 2157 indica que “el cristiano comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones con la señal de la cruz, ‘en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén’. El bautizado consagra la jornada a la gloria de Dios e invoca la gracia del Señor que le permite actuar en el Espíritu como hijo del Padre. La señal de la cruz nos fortalece en las tentaciones y en las dificultades”.
El santiguarse o hacer la señal de la cruz de manera consciente implica hacer la gran cruz sobre nosotros, desde la frente al pecho y desde el hombro izquierdo al derecho. Es un saludo a Dios desde el lugar ordinario donde se encuentra el creyente porque reconoce que en el templo está el mismo Cristo, en su sagrario, o la imagen del santo, que le hará llegar el saludo a Dios.
Es un buen hábito para transmitirse en las generaciones. Se cuenta en las lecturas que Tertuliano, quien murió alrededor del año 225, escribió: “en todos nuestros viajes y desplazamientos, en la mesa, al entrar y salir, al encender las velas, al acostarnos, al sentarnos, cualquiera que sea nuestra ocupación, hagamos la señal de la cruz en la frente: Esta práctica no está mandada formalmente en la escritura; la enseña la Tradición, la confirma la costumbre y la observa la fe”.
La señal de la cruz es una expresión de piedad, de pertenencia al amor de Dios, a la Iglesia Católica, es un símbolo de salvación por el cual el amor, el agradecimiento y la devoción deben acompañar al momento de santiguarse.
Y ¿Cuál es tu reacción al pasar cerca de un templo o imagen religiosa ubicadas en los parques?
Licenciada en Ciencias de la comunicación. Dispuesta a mejorar en el campo profesional para entregar buenos trabajos que agraden a Dios. La Virgen María, San José y San Miguel Arcángel son las luces constantes en su camino.