139. 113 años de los Maristas en el Perú: El sueño de Marcelino hecho realidad en el Bicentenario

Perú Católico, líder en noticias rumbo al Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito.

Agradezco al H. Marino Latorre Ariño por sus valiosos apuntes de la ponencia pronunciada hace dos años con un título parecido acerca de Marcelino Champagnat y que me sirve para elaborar la presente síntesis que les comparto…

Los queridos Hermanos Maristas con tan significativos colegios y la Universidad Champagnat en el Perú nacen en Francia casi a la par que el Estado Peruano. Su fundador, Marcelino José Benito Champagnat había nacido en Marlhes20 de mayo de 1789Saint-Chamond,el 9º hijo de una familia de 10 hermanos; (5 varones y 5 mujeres; solo 7 llegaron a edad adulta) y viviría hasta el 6 de junio de 1840),

Los tiempos eran recios y tumultuosos, los posteriores a la Revolución Francesa, imperio de Napoleón y las revoluciones liberal y socialista subsiguientes.

En la primavera de 1804 pasa un sacerdote por su casa. Venía de lejos, de la capital: Lyon. Preguntó a mis padres si alguno de sus hijos deseaba ser sacerdote. ¡En Francia hacían mucha falta los sacerdotes, después de la Revolución…! Muchos murieron, otros abandonaron y otros fueron deportados a las Antillas (la Guayana francesa). Todos sus hermanos dijeron que no. Cuando le preguntó a él, no se atrevió a responderle al principio. Entonces, el sacerdote le tomó aparte, le preguntó despacito y quedó encantado de su sencillez y franqueza. El sacerdote le dijo, al final: Tienes que ser sacerdote. ¡Dios lo quiere! Y si Dios lo quería, yo tenía que hacer todo para seguirle. “Seré sacerdote”…

El joven Marcelino, sin embargo, se apasiona por Dios y se entrega con entusiasmo a favor de los niños y jóvenes, especialmente más necesitados. Una comunidad internacional de hermanos continúa hoy en día su sueño. Marcelino, cuando ve a niños y jóvenes sin educación ni catecismo, exclama: “Necesitamos hermanos”. El 2 de enero de 1817 inicia con dos jóvenes el proyecto del Instituto de los hermanitos de María. en la Valla (Francia), fundado por Marcelino Champagnat con el nombre de Hermanitos de María. En noviembre de 1818 funda la primera escuela en su pueblo natal, Marlhes. Y al año siguiente en su parroquia, La Valla. En adelante, los pedidos de nuevas fundaciones se harán tan perentorios, que, en el lapso de 22 años, deja a su muerte (1840) 43 escuelas fundadas donde se educan unos 7000 alumnos. María bendice igualmente su congregación con abundantes vocaciones. En el mismo lapso, Champagnat deja 280 Hermanos, más 49 que ya habían fallecido, y 92 que se habían retirado. Decía: “Para educar hay que amar” 8​ y este es el lema de los educadores Maristas en todos los países del mundo.

La Santa Sede lo aprobó en 1863 como Instituto autónomo y de derecho pontificio. Respetando su nombre de origen, les dio el de Hermanos Maristas de la Enseñanza (F.M.S.: Fratres Maristae a Scholis).

El papa Juan Pablo II canoniza a Marcelino el 18 de abril de 1999 en la plaza San Pedro del Vaticano y le reconoce como santo de la Iglesia universal.

​Los hermanos maristas son personas consagradas a Dios, que siguen a Jesús al estilo de María, que viven en comunidad y se dedican especialmente a la educación de los niños y de los jóvenes más necesitados. Presentes en 80 países, los hermanos comparten su misión con miles de laicos que abrazan igualmente el carisma de Champagnat.

El 22 de julio de 1816 es ordenado sacerdote. Tiene 27 años y solo le quedan 25 años para realizar su misión. Champagnat, a sus veintisiete años, salió del seminario con tres certezas:

  • a) La educación cristiana de la juventud en Francia está descuidada; la escuela es un poderoso instrumento de recristianización.
  • b)  Los religiosos educadores pueden remediar eficazmente esta carencia;
  • c)  Sus compañeros lo encargan de suscitar estos educadores. “Desde el día de su llegada a La Valla, nos dice su biógrafo, empezó a pensar en la fundación de los Hermanos” (Vida, pág. 41).

Desde el Seminario tenía la idea de fundar una Congregación de Hermanos que atendieran la educación cristiana de los niños en las parroquias del campo.

“Mi educación escolar fue deficiente; me gustaría dar a los niños y jóvenes del campo lo que yo no tuve. Para ello, necesitamos hermanos educadores y cate-quistas…”

Era un hombre con gran sentido de responsabilidad: Marcelino es un hombre osado, arriesgado, comprometido con su fe… Se habría podido quedar tranquilo como vicario en su parroquia, habría podido vivir tranquilo cultivando el campo en lugar de tantos viajes y penalidades… pero la gloria de Dios y la salvación de las almas piden de él estos trabajos…Al inicio de mayo de 1824 Marcelino empieza a construir, con los Hnos. y algunos albañiles una casa de 5 pisos para 150 personas. Por la mañana tenían la misa y sus oraciones en una pequeña capilla construida en el bosque. Trabajaban durante todo el día. Al finalizar el verano estaba construida la parte exterior de la casa. Champagnat no tenía dinero, pero tenía gran confianza en dios. Decía: “Mi banco es el de la Divina Providencia; ese nunca va a la bancarota”. Padeció una grave enfermedad en 1825 que casi le cuesta la vida; en ese momento hubo problemas con otros sacerdotes que viendo que estaba enfermo Champagnat, desanimaban a los Hnos. diciendo que si moría Champagnat todo desaparecería, siendo demasiado exigentes con los más jóvenes, y dándoles castigos penosos, etc. El Hno. Estanislao ayudó a solucionar la situación. “Di a los Hnos. el nombre de María pues pienso que ese solo nombre atraerá vocaciones”, decía Champagnat. Y así fue.

Quería que los Hermanos, los niños y los jóvenes amaran a María: llegar a Jesús de la mano de la Virgen María. Si ella amó tanto a Jesús, así tienen que amarle ustedes. ¡Es bien sencillo! Mi amor por Ella siempre fue grande.

En 1833 el Ministro Guizot proclama una ley que exigirá el brevete o título para enseñar. La exigencia era progresiva. Si la Congragación no estaba reconocida por el gobierno los Hnos. no podían enseñar, pues los religiosos de las Congregaciones podían enseñar siempre que sus congragaciones estuvieran reconocidas por el gobierno (HH. de las Escuelas Cristianas, Hnos. de Saint Paul Trois Chateaux, en Drôme y los Hermanos de Viviers, en Ardèche y otros).

No consiguió en vida el reconocimiento de la Congregación ni por el Gobierno francés, ni el de Roma.

Hizo tres viajes a París, permaneciendo meses allí. Su lucha fue larga y penosa. Pero murió diciendo: “Ese reconocimiento les será otorgado cuando más lo necesiten”.

Así fue, pues esto obligó a “la unión” con los Hnos. de Saint Paul Trois Chateaux (1842) que sí estaban reconocidos.

Al final de su vida Champagnat (murió a los 51 años) tenía bajo su responsabilidad 280 religiosos, 50 escuelas y unos 7.000 alumnos. Había enviado cuatro Hnos. a Oceanía.

20 años después había 2,000 Hnos.

La supresión de las congregaciones en Francia (1904) y la expulsión de los religiosos dio lugar al florecimiento de los maristas en otros países del mundo: Colombia, Brasil, Perú, Argentina, Chile, México, Ecuador, Venezuela, etc.

En su testamento espiritual recomendó tres cosas: Amar a María, vivir en unidad y fraternidad, ser fieles a la vocación de Hermanos educadores.“Les encarezco también, muy queridos Hermanos, con todo el cariño de mi alma y por el que ustedes me profesan, que se comporten de tal modo que la aridad reine siempre entre ustedes. Ámense unos a otros como Cristo les ha amado. No haya entre ustedes sino un solo corazón y un mismo espíritu”

Champagnat fue beatificado por Pio XII en 1955 y canonizado por Juan Pablo II en 1999.

A Perú legaron los maristas en 1909 y comenzaron en el colegio San José del Callao. Actualmente tienen colegios en Sullana (2 colegios), en Cajamarca, en Huacho, en Santa Eulalia (Chosica), en El Callao, San Luis de Barranco, San Juan de Miraflores, Champagnat de Surco, Santa María de los Andes, en Villa María del Triunfo. Dejo para el final lo que considero su aporte principal: La Universidad Marcelino Champagnat (UMCH),  fundada en 1990, como fruto del gran compromiso marista con la educación a través de colegios y pedagógicos. Son miles los maestros y educadores -especialmente los de Religión- forjados al calor de su magisterio a lo largo y ancho del Perú, tanto en la modalidad presencial, semipresenciales y a distancia, que permiten a los adultos, trabajadores, terminar un pregrado y licenciarse.

La UMCH forma a los estudiantes con un sólido sustento teórico y metodológico, desde un enfoque integrativo. Esto significa que promovemos entre los estudiantes la ética profesional y aporta conocimientos específicos en cada carrera, sin dejar a un lado la experiencia y práctica de los conocimientos, sobre todo para quienes estudian y trabajan. Su calidad académica ha quedado demostrada una vez más, pues en 2019 recibió el licenciamiento de SUNEDU, sumándose a la corta lista de universidades peruanas que lograron esta acreditación.

Pedimos a Santa María que el Señor siga regalando nuevas vocaciones maristas por el bien tan inmenso que brindan a nuestra patria.

Foto del autor de esta sección y artículo: Doctor e historiador José Antonio Benito Rodríguez.

*No olvides de ingresar a este enlace en donde encontrarás todos los personajes que forjaron nuestra independencia: https://perucatolico.com/c/la-iglesia-ante-el-bicentenario/