Chiclayo es provida: ¡Miles festejaron la vida!

En un clima festivo, fraterno y gozoso, miles de personas se reunieron, convocadas por la Oficina Vida y Familia, de la Diócesis de Chiclayo, para celebrar la vida, con canciones, globos, y banderolas.

La manifestación fue presidida por Monseñor Edinson Farfán Córdova, como representante de la Iglesia Católica, y le acompañaron representaciones de parroquias, grupos católicos, comunidades religiosas, instituciones educativas, gremios sanitarios, etc.

La manifestación jubilosa en Defensa de toda Vida Humana, se inició a las 4 pm, en la avenida Pedro Ruiz, a la altura del Parque Obrero, con la exhortación del organizador Padre Jorge Millán Cotrina, encargado de la Oficina Vida Y Familia, luego, mientras proclamaban “toda vida vale, toda vida se defiende”, “Desde la concepción, hasta el fin natural, toda vida es sagrada”, y frases alusivas a la vida, avanzaban, agitando los globos, hacia la avenida Balta, luego rodearon el parque principal, siguiendo nuevamente por la avenida Balta, hasta llegar al Paseo Las Musas, donde se realizó un festival por la vida con canciones y testimonios de madres que en medio de presiones optaron valientemente por defender la vida que gestaban, y de las que ahora son felices de tener en sus hogares con bellos momentos compartidos.

De esta manera, desde Chiclayo – Perú, se proclama al unísono, que las legislaciones locales, nacionales e internacionales, deben tutelar y defender, invertir y acompañar la vida de los más vulnerables que no tienen voz, pero si derechos, y por tanto no se puede, ni debe descartar.

Hace unos días, el 9 de mayo similares manifestaciones se dieron lugar en Cali, Medellín y Barranquilla (Colombia), el 14 de abril, una multitudinaria manifestación nacional clamaba: “Polonia ama la Vida”, el 10 de marzo en Madrid (España), más de 500 asociaciones y entidades Provida, ante todo esto, podemos constatar cómo el sentido común de nuestros pueblos clama y pide a nuestros gobernante ser promotores de vida y no de muerte, ya que invertir en la vida humana, dándole dignidad de derechos y bienestar, puede es mucho más ético, razonable y sostenible, que destruirla promoviendo la millonaria industria del aborto, y de diversas deformaciones de la dignidad humana.