La Iglesia Católica, en el mes de noviembre, dedica de manera particular orar por los fieles difuntos – 2 de noviembre Conmemoración de todos los Fieles Difuntos –  y anima al pueblo cristiano a practicar la devoción a las almas del purgatorio.

En los numerales 1030 al 1032 del Catecismo explica la situación de las almas que se encuentran en el purgatorio. Son fieles que mueren en amistad con Dios, pero imperfectamente purificados, que les impide gozar de la alegría eterna del cielo y ¿cómo ayudarlos? Porque es un sufrimiento que estando tan cerca al Amor Divino no puedan abrazarlo del todo.

Para aliviar sus penas, la Iglesia Militante (nosotros) tiene un papel intercesor para que el proceso de purificación de los fallecidos (conocidos y no conocidos) se reduzca y logren contemplar el rostro de Dios, y es con la práctica de una de las obras de misericordia espirituales que la Santa Iglesia recuerda: Rezar a Dios por los vivos y por los difuntos.

Ahora, a este acto caritativo por el prójimo se puede añadir otras actividades y también replicarlas todo el año como el rezo del Santo Rosario, las celebraciones eucarísticas, el cumplimiento de las indulgencias, limosna, ayunos y otros sacrificios o mortificaciones.

Se conoce que hay almas abandonadas por las que nadie rezan y testimonio de ello se recoge en el Museo de las Almas del Purgatorio, dentro de la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio en Roma, muy cerca al Vaticano. Que se creó en 1897 por el padre Víctor Jouët, sacerdote francés misionero del Sagrado Corazón, quien recorrió Europa para recolectar testimonios de apariciones, para dar fe de la existencia del purgatorio.

En el lugar se conservan 15 testimonios y objetos que evidencian la comunicación de las almas benditas con sus parientes y allegados, en los que solicitaban recen por ellas. Algunos de los signos visibles son marcas en los libros, hábitos de monjas, sábanas, inclusive billetes de 10 liras de la época que llegó reunirse hasta 300 liras como pago para ofrecer misas. Todos con impresionantes huellas de dedos y manos ennegrecidos, y también signos de cruces.

Santa Faustina Kowalska, el Padre Pío, Santa Perpetua, Santa Brígida de Suecia, Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Ávila, Santa Margarita María Alacoque son algunos de los santos que tuvieron experiencias místicas con las almas benditas del purgatorio, que pedían el auxilio para salir de ese estado.

Esto nos recuerda y sobre todo anima como hermanos en la fe, orar por las almas del purgatorio, para abreviar el tiempo de sus penas y darles el gran regalo de vestir sus almas totalmente de blanco y compartir el gozo eterno con la Iglesia Triunfante.

¿Qué otro santo (a) conoces que inspiren el amor por estas almas?

Por Cathy Calderón Ventocilla