Historia Coronilla del Señor de la Divina Misericordia

La Coronilla a la Divina Misericordia es una oración excepcional, ya que nos la dio Cristo mismo. Sor Faustina la escuchó por primera vez en el interior de su alma y la rezó cuando en una visión vio a un ángel que había venido a la tierra para castigar a la humanidad por sus pecados (Cf. Diario 474-475). Al día siguiente, el Señor Jesús le explicó con todo detalle como había que rezar esta oración y el gran significado que tiene (Cf. Diario 476); en revelaciones posteriores, el Señor le transmitió las promesas que había vinculado al rezo confiado de dicha oración.

Primero Sor Faustina rezaba sola la Coronilla, y lo hacía en situaciones diversas: por ejemplo, acompañando a alguien durante su agonía, durante una gran tormenta pidiendo a Dios que la calmara, para suplicar la lluvia. En 1937, el Padre Sopoćko procuró conseguir el imprimátur para esta oración y luego, una vez conseguido, la imprimió en Cracovia, mediante estampas con la imagen de Jesús Misericordioso y en el librillo Chrystus, Król Miłosierdzia (Cristo, rey de Misericordia). El texto de la Coronilla fue muy difundido después de la Segunda Guerra Mundial. Se ha traducido a muchos idiomas y se ha publicado en muchos países mediante estampas y folletos o bien en libros devocionales de oraciones. Los Padres Marianos, en EE.UU., contribuyeron muchísimo a esta gran difusión, pues han publicado materiales sobre la misericordia de Dios en muchos idiomas y también han hecho todo lo posible para que estas publicaciones se impriman también en otros países.

El libro del Padre Andrasz SJ (director espiritual de Sor Faustina en Cracovia), llamado „Misericordia Divina… en Vos confiamos” desempeñó un papel muy relevante en la difusión de los mensajes de la Divina Misericordia. El Padre Andrasz SJ hizo imprimir esta publicación justo después de la Segunda Guerra Mundial. La primera edición del librillo apareció en Cracovia. En lengua inglesa, los primeros en publicarlo fueron los Padres Marianos, en los EE.UU. Estos mismos padres, intensamente involucrados en la difusión del culto a la Divina Misericordia según las formas transmitidas por Sor Faustina, emprendieron la distribución también en Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Asia y África. Este libro fue traducido y publicado también en español y divulgado con grandes tiradas, con licencia eclesiástica de los Obispos ordinarios de los distintos países latinoamericanos donde era distribuido, especialmente en El Salvador, Colombia, Ecuador, Chile, México, Argentina, Uruguay, Perú y Guatemala. En Brasil fue publicado en lengua portuguesa, mientras que en Europa se tradujo y se publicó en las siguientes lenguas: alemán, italiano, español y portugués. Hoy en día, la Coronilla a la Divina Misericordia es la oración más conocida de las dedicadas a la Divina Misericordia, y es rezada por gentes de todo el mundo para implorar la misericordia para uno mismo y para los demás. El Papa Juan Pablo II se refirió al texto de esta oración cuando consagró el mundo a la Divina Misericordia.

Una oración que se conocía como la Coronilla a la Divina Misericordia ya era conocida desde el siglo XIX. Las hermanas de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia también la rezaban durante los rezos vespertinos. Primero se rezaba una vez el Padre nuestro y el Ave María…, después, en las cuentas correspondientes al Padre nuestro, se decían las siguientes palabras: Señor Jesús, para quien todo es posible, sólo hay una cosa imposible para Ti, no tener piedad de nosotros cuando mendigamos Tu Misericordia, ten piedad de nosotros, y luego en las cuentas del Ave María, se decían las palabras: Oh Jesús mío, ten Misericordia. Para terminar cada decena se rezaba un Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Finalmente, al final de la Coronilla se rezaba otra vez un Padre nuestro, un Ave María y el Credo.

La Coronilla a la Divina Misericordia que Jesús dictó a Santa Faustina en las revelaciones que tuvo los días 13 y 14 de septiembre de 1935 en Vilna, primero la rezaba ella sola. Lo dice en varias ocasiones en su “Diario” y en las cartas dirigidas al Padre M. Sopoćko: Cuando dije a la Madre General que el Señor exigía que la Congregación rezara esta coronilla para calmar la ira divina y suplicar misericordia, la Madre me contestó que de momento no podía introducir estas nuevas plegarias, no aprobadas (por la Iglesia), pero dijo: – deme, hermana, esta coronilla, tal vez durante alguna adoración se pueda rezar, vamos a ver. Seria bueno que el Padre Sopocko editara algún folletito con la coronilla. Seria mejor y más fácil rezarla entonces en la Congregación, porque sin esto, es un poco difícil (Diario. 752).

Al poco tiempo, el Padre Sopoćko procuró conseguir el imprimátur para la Coronilla y también para otras oraciones a la Divina Misericordia extraídas del “Diario” (la Novena y las Letanías), que luego publicó en Cracovia en un libro titulado Chrystus, Król Miłosierdzia (Cristo, rey de Misericordia). A parte del librillo, hizo imprimir también estampas con la Coronilla. La Superiora del convento de Cracovia, la M. Irena Krzyzanowska, compró muchos de aquellos libros, para promover las oraciones a la Divina Misericordia. Las hermanas de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia recibieron estos materiales. También algunos sacerdotes amigos que iban a dar retiros, o bien a las misiones, también recibieron ejemplares, así como personas que llegaban a la portería del convento (Cf. Diario 1519). En una carta que santa Faustina escribió al padre Sopoćko, le decía: nuestra congregación ha comprado ya bastantes libros. La Madre Irene los difunde, repartiendo estampas y libritos. Hablamos de la posibilidad de ponerlos en la portería para poder distribuirlos desde allí.

Un claro desarrollo en la propagación de la Coronilla a la Divina Misericordia tuvo lugar después de la muerte de Sor Faustina, durante los años de la Segunda Guerra Mundial. En las comunidades de las Hermanas de la Congregación de la Madre de Dios de la Misericordia se rezaba la Coronilla a la Divina Misericordia. Las Hermanas distribuían las estampas con la Coronilla a la Divina Misericordia y pequeñas medallas, que metían en paquetes con ayuda que enviaban a los campos de concentración y a las prisiones. Después de agotarse la edición de dichos materiales que contenían oraciones a la Divina Misericordia y que habían sido impresos en Cracovia, el P. M. Sopoćko hizo lo necesario para que se imprimieran en Vilna. Eran tiempos difíciles, por eso las personas solían recurrir a Dios, suplicándole su misericordia, y lo hacían, de entre otras maneras, a través de las palabras de la Coronilla; por eso, se alegraban al recibir las estampas con la Coronilla a la Divina Misericordia.

Ya durante la Segunda Guerra Mundial los padres de la Congregación de los Padres Marianos, y la Hermanas Felicianas, en E.E.U.U., editaron la Coronilla a la Divina Misericordia en inglés y en polaco, y en México en lengua española. Las ediciones se agotaron rápidamente, por lo que cuando ya no existía la posibilidad de obtener una imagen de la Coronilla, la gente escribía la oración copiándola a mano, o se la aprendían de memoria. El padre Franciszek Cegiełka nos ha dejado un impactante testimonio de cómo se divulgaba la Coronilla en los campos de concentración, pues en el campo de concentración de Dachau escribió en un pedazo de un periódico alemán el texto de esta oración. En su testimonio, escribió que mientras estaba acostado en su litera con una fiebre muy alta, le vino a ver el párroco de la parroquia de Krotoszyn, el padre Ogrodowski y le dijo: Padre, Usted con certeza mejorará, puesto que se dedica a divulgar la Coronilla. Entonces le pregunté al padre Ogrodowski ¿de dónde había conseguido Usted aquella Coronilla? – seguía narrando el Padre Cegiełka en sus memorias – Bueno, por los presos recién llegados al campo (…). Junto con el Padre Dominik Sierszulskim, que se encontraba entonces en la enfermería conmigo, comencé a recitar, en la cama, la Coronilla a la Divina Misericordia que teníamos escrita en una tira de papel de periódico (…). La Coronilla era muy conocida, especialmente entre los padres polacos que se hallaban en Dachau, y tanto para mí como para la mayoría de los presos, se había convertido en un escudo de fuerza y de esperanza. 

Después de la guerra, el texto de la Coronilla a la Divina Misericordia se difundió rápidamente en varios idiomas, pues se tradujo no sólo a los idiomas principales del mundo, sino también a muchas lenguas exóticas o tribales. La Coronilla a la Divina Misericordia se reza no sólo en parroquias y en capillas, en las órdenes religiosas y en diversas comunidades, sino que también se reza por los medios de comunicación católicos en muchos países del mundo entero. De este modo, es la oración más conocida a la Divina Misericordia, en la que las personas suplican muchas gracias sobrenaturales y beneficios temporales. En Polonia, al rezar la Coronilla a la Divina Misericordia ante el Santísimo Sacramento, se puede obtener la indulgencia plenaria con las condiciones habituales.