Homilía del Domingo de Pentecostés, Solemnidad del Espíritu Santo

Hoy, amigos, les presento unos pensamientos sueltos como reflexión homilética.

+ Pentecostés = Cincuenta

Esta palabra tuvo una evolución.

Primero, se celebraba la recolección de las primeras cosechas cincuenta días (siete semanas) después de la Pascua.

Segundo, en este día se celebraba la entrega de la Ley de Dios a Moisés, más o menos cincuenta días después de la salida de Egipto.

Tercero, en el Nuevo Testamento, a los cincuenta días de la resurrección de Jesús, celebramos la venida del Espíritu Santo, Pentecostés.

+ Qué celebramos

La venida del Espíritu Santo que se manifestó con un viento impetuoso, lenguas como de fuego, el don de lenguas y la conversión de la mente y del corazón de todos los que esperaban al Espíritu Santo con María y los apóstoles.

+ Otros pentecostés

Hubo otros pentecostés, venida del Espíritu Santo, en tiempo de los apóstoles; por ejemplo, en la casa de Cornelio, en la comunidad orante de Jerusalén que pedía fuerza para evangelizar con valentía. En otros diversos momentos se repitió esta efusión.

+ Continuas efusiones del Espíritu

Continuamente en la Iglesia se repite, de una manera más sencilla, la efusión del Espíritu Santo, especialmente cuando se celebra cada sacramento.

Esto se da también en nuestros días y seguirá hasta el fin del mundo.

+ La acción del Espíritu

En cada uno de nosotros el Espíritu nos hace hijos de Dios y es Él quien nos invita a repetir la palabra “Padre” al hablar con Dios.

+ Cómo hacer oración al Espíritu Santo

Pidiéndole que venga a nosotros para que nos enseñe a rezar, a vivir y profundizar la Palabra de Dios.

Procuremos repetir muchas veces con la Iglesia:

“¡Ven, Espíritu Santo!”

+ Manera práctica de pedir el don del Espíritu Santo

La manera más práctica y eficaz es pedir como nos enseñó Jesús:

“Pidan al Padre en mi nombre y os concederá”.

Nosotros repetimos muchas veces en nuestra Asociación:

“Padre Dios, por amor a Jesús, llénanos de tu Espíritu, como llenaste a María”.

Viniendo a las lecturas de la solemnidad

  • Hechos de los Apóstoles

Nos explica cómo fue la venida del Espíritu Santo sobre la Iglesia la primera vez en Jerusalén, el día de Pentecostés.

  • San Pablo a los gálatas

El apóstol nos explica cómo el Espíritu Santo nos ayuda a fructificar. Solemos llamarlos “frutos del Espíritu Santo”:

“El fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí”.

Termina Pablo invitándonos: “Si vivimos por el Espíritu marchemos tras el Espíritu”.

  • Evangelio de San Juan

Jesús nos dice cuál será la obra del Espíritu Santo cuando venga:

“Nos guiará hasta la verdad plena”.

Como conclusión les invito a rezar la preciosa secuencia que la liturgia tiene para este día:

“Ven, Espíritu Divino… Ven, dulce Huésped del alma… Entra hasta el fondo del alma… Riega la tierra en sequía… Reparte tus siete dones”.

¡Aleluya! ¡Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor!

José Ignacio Alemany Grau, obispo