Las tres prácticas fundamentales del creyente para su lucha contra Satanás y ganar la batalla espiritual en la Cuaresma son la oración, el ayuno y la limosna. Ejercicios que le ayudan a reencontrarse con Dios, a fortalecer la voluntad y expresar el amor a los demás.

El papa Francisco en la homilía del 22 de febrero por Miércoles de Ceniza nos indica recorrer las tres grandes vías mencionadas, pero no ceñirse a ritos exteriores sino actitudes que expresen “una renovación del corazón”.

En este camino de 40 días, periodo de conversión, de retiro de las distracciones y del ruido, el fiel puede encontrarse consigo mismo, auxiliado de la tríada de la cuaresma para fortalecer su fe y desenmascarar al hombre viejo, así alcanzar la santidad y la misericordia de Dios.

La oración es un acto entre dos personas, Dios y tú, un diálogo gratuito y libre, ajeno a un cumplimiento o deber, más bien es importante porque da sentido a los actos penitenciales (ayuno – la abstinencia y la limosna). En esta Cuaresma la oración es profunda, si buscas lograr con la ayuda de Dios, un arrepentimiento sincero y reconocer cuáles son tus debilidades.

El ayuno y la abstinencia es el binomio propio en este tiempo litúrgico. El ayuno es privarse de comer o beber algo y la abstinencia es limitarse de bebidas alcohólicas, sin embargo, en estos 40 días de penitencia desde el punto de vista religioso, la situación es puntual, es decir el ayuno atiende solo a comer pan y agua, y la abstinencia a la renuncia de comer carnes excepto pescado.

Estas prácticas son medios valiosos para nuestro camino de fe, que logra un diálogo sincero y muy íntimo con Dios, puesto que pedimos su auxilio para superar con humildad las penitencias que van acompañadas con intenciones personales que buscan revitalizar nuestra vida espiritual. Una pregunta clave es ¿por qué lo hago?

En la Cuaresma hay dos días obligatorios del ayuno para los mayores de 18 años hasta los 59 que son el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, y la abstinencia los viernes de Cuaresma.

Hoy la práctica del ayuno mantiene el fondo, aunque con diferente forma, por ejemplo: ayuno de tristeza y amarguras, ayuno de pesimismo y llénate de esperanza, etc. pero el fray Israel del Niño Jesús de la comunidad monástica Siervos de la Reina de la Paz, nos recuerda que la Virgen de Medjugorje en sus muchos mensajes pide el ayuno de pan y agua, tal cual, para acabar con el poder de Satanás.

Con relación a la limosna despierta la caridad, no se limita a lo pecuniario incluye a formas concretas para expresar el amor y la atención a los demás como dar su paciencia, bondad, perdón, por mencionar algunos actos de desprendimientos en beneficio del prójimo.

Las tres dimensisones ayudan a elevar nuestro espíritu a Dios, a una renovación de nuestra alma y a acompañarlo a Jesús con una profunda meditación en el Triduo Pascual.