Padre de misericordia infinita,
te imploramos por las madres que partieron de este mundo hacia tu presencia en la eternidad.

Premia sus sacrificios y renuncias con amor para darles a sus hijos todo lo que tenían. Míralas con ojos de amor.

Llena de consuelo, paz y alegría a quienes no la tienen a su lado, pero que desde el cielo aún mantienen los cuidados maternales.

Y a ti Santa María, Madre de Dios y nuestra, ven hacia cada uno de nosotros como madre de la esperanza para así reunirnos con nuestras madres en el cielo.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.