¿Qué es el ‘Nuevo Orden Mundial’ y por qué es anti-cristiano?

Primero que todo, es importante mencionar que el término “Nuevo Orden Mundial” se
utiliza para describir una hipotética estructura de gobierno o poder que trasciende las
fronteras nacionales y establece un sistema unificado a nivel global.
Muchas veces, este
concepto se asocia con teorías de conspiración y temores sobre la pérdida de libertades
individuales y valores tradicionales.

Desde la perspectiva católica, la Iglesia aboga por la paz, la justicia social, la solidaridad y
el respeto por la dignidad humana.
En este sentido, cualquier estructura mundial que
promueva estos valores sería vista de manera positiva. Sin embargo, la preocupación
surge cuando se habla del “Nuevo Orden Mundial” en términos de un sistema que
pueda erosionar la libertad religiosa y limitar la práctica de la fe.

En cuanto a la preocupación de que el “Nuevo Orden Mundial” sea anti-cristiano, esto se
basa en el temor a que un futuro gobierno global pueda imponer políticas o leyes que
vayan en contra de los principios morales y éticos enseñados por la Iglesia Católica. Por
ejemplo, la Iglesia defiende la sacralidad de la vida desde la concepción hasta la muerte
natural, así como la importancia de la familia tradicional como núcleo fundamental de la
sociedad. Las personas temen que un poder global pueda promover políticas que atenten
contra estos valores.

Para abordar este tema desde una perspectiva bíblica, podemos referirnos al Libro del
Apocalipsis, que es una parte de la Biblia llena de simbolismos y visiones proféticas sobre
el futuro. En el Apocalipsis, se habla de un gobierno mundial liderado por una figura a
menudo interpretada como un poder opresor y anti-cristiano. Por ejemplo, en el capítulo
13, versículos 16-17, se menciona la marca de la bestia, que algunos interpretan como un
símbolo de sumisión a un sistema secular que se opone a los valores cristianos.
El Catecismo de la Iglesia Católica también ofrece enseñanzas relevantes sobre la
autoridad y el poder en la sociedad. Por ejemplo, el Catecismo habla sobre el papel del
estado en el mantenimiento del bien común y la promoción de la justicia (Catecismo de la
Iglesia Católica, párrafo 1897). Sin embargo, también establece límites claros en cuanto a
la autoridad legítima y advierte contra la tiranía y la opresión (Catecismo de la Iglesia
Católica, párrafo 1902).

Desde esta perspectiva, la preocupación sobre el “Nuevo Orden Mundial” se centra en
cómo se ejercerá esa autoridad global y si respetará los derechos y las creencias religiosas
de las personas. Los católicos, al igual que otras personas de fe, deben estar atentos a
cualquier desarrollo que pueda amenazar la libertad religiosa y la capacidad de vivir de
acuerdo con sus convicciones morales y éticas.

Es fundamental recordar que, como católicos, estamos llamados a orar por nuestros
líderes y por la paz en el mundo. En 1 Timoteo 2, 1-2, San Pablo nos exhorta a orar “por
los reyes y por todos los que tienen autoridad, para que podamos vivir una vida
tranquila y apacible, con toda piedad y dignidad”. La oración y la confianza en la
providencia divina son herramientas poderosas para enfrentar cualquier desafío,
incluyendo las preocupaciones sobre el futuro orden global.

En última instancia, lo importante es mantener una fe sólida y confiar en que Dios guía la
historia humana hacia su plan divino. A medida que enfrentamos incertidumbres sobre el
futuro, debemos recordar las palabras de Jesús en San Juan 16, 33: “En el mundo
tendrán tribulaciones, pero tengan confianza; yo he vencido al mundo”. Con esta
confianza en Dios y un espíritu de oración y discernimiento, podemos enfrentar cualquier
desafío, incluyendo las incertidumbres que puedan surgir en relación con el concepto del
“Nuevo Orden Mundial”.

Autor: Padre Ignacio Andrade.