Jesucristo, Rey del Universo, es uno de los títulos más importantes de Jesús que resuena el último domingo del año litúrgico, un domingo antes para iniciar con el tiempo de Adviento. En la que se celebra la Solemnidad de Cristo Rey.

Esta fiesta no tiene una fecha fija, suele celebrarse entre el tercer y cuarto domingo de noviembre, dependerá de las fechas de Navidad y el Adviento para determinarla. En todo el año litúrgico se reflexiona sobre la vida de Jesús, su predicación y el anuncio del Reino de Dios para concluir con el Cristo verdadero Rey (Juan 18, 36-37), que debe reinar en nuestros corazones.  

La festividad de Cristo Rey se instituyó el 11 de diciembre de 1925 por el papa Pío XI para contrarrestar un ambiente alejado de Dios, con problemas que evitaba encontrar una esperanza, y también se cumplía el XVI centenario del concilio de Nicea, como consta en la encíclica Quas Primas, sobre la Fiesta de Cristo Rey.

En un principio, según la encíclica, la celebración se dispuso para el último domingo de octubre, antes de la festividad de Todos los Santos. Más adelante, en 1969, con la reforma del papa Pablo VI, la Solemnidad se trasladó al último domingo del año litúrgico, es decir al trigésimo cuarto domingo del tiempo ordinario.  

El homenaje y amor a Cristo Rey se expresa de diferentes maneras inclusive con la entrega de la propia vida. Recordar la guerra Cristera (años 20), persecución religiosa en la que los católicos eran perseguidos, apresados y torturados, muchos de ellos murieron gritando ¡Viva Cristo Rey!

En Polonia se encuentra la estatua más grande del mundo en honor a Jesucristo, Rey del Universo, mide 33 metros de altura con 3 metros de base. Además, en el cerro del Cubilete (Guanajuato – México) se ubica el Cristo de la Montaña, que fue la inspiración para Pío XI en la proclamación de la Fiesta a Cristo Rey, por las muestras de fe de los mexicanos. Se cuenta que en 1919 el obispo de León tuvo la idea de poner en alto del cerro un monumento dedicado a Cristo para reparar los atentados sacrílegos con las imágenes de Jesús y consagró al país a Cristo Rey. Luego como eran tiempos de persecución religiosa el monumento fue dinamitado, años después se edificó el actual que mide 20 metros de altura.

La fiesta nos invita a proclamar en público que Jesús es rey de la humanidad y de nuestras vidas. Asimismo, la Iglesia nos ofrece los medios para conocerlo, a través de la Palabra, la oración y los sacramentos.