¡59 aniversario de una Prelatura del Sur Andino!

Perú Católico, líder en noticias.- El último 03 de agosto, la Prelatura de Juli, que se encuentra enclavada en el sur andino alrededor del Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, celebró el 59º aniversario de su erección canónica.

La Santa Misa de acción de Gracias se realizó en la Catedral de Juli a las 11 de la mañana, con la presencia de los sacerdotes que trabajan en la pastoral de esta jurisdicción eclesiástica que está situado en la Región de Puno, que tiene frontera con Bolivia, y cuyo territorio está desde los 3,825 hasta los 5 mil metros sobre el nivel del mar.

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La catedral estaba repleta por muchos feligreses. En especial, la gran mayoría de los profesores de religión se hicieron presentes para participan de esta especial celebración eucarística.

Luego del acto litúrgico, todos los presentes pudimos brindar y compartir en el aula magna de la curia, agradeciendo de este modo a todos los fieles laicos que con mucho cariño y entusiasmo asistieron a este magno evento.

Todo esto nos ha ayudado a agradecer a Dios y seguir apostando por un apostolado activo para que Cristo esté presente en la cumbre de todas las actividades humanas.

Monseñor Fernando Samaniego Orellana, Vicario General de la Prelatura de Juli, presidió la Santa Misa de Te Deum. A continuación reproducimos la homilía donde se subrayó principios básicos de nuestra misión como ministros del Señor y como agentes pastorales en nuestra Iglesia particular. A Continuación la homilía del celebrante principal:

Dentro del calendario litúrgico de nuestra circunscripción eclesiástica, se encuentra una celebración entrañable para nosotros, se trata del aniversario de la erección canónica de nuestra Prelatura de Juli. Este territorio eclesiástico fue fundado como tal por el Siervo de Dios de Dios, el Papa Pío XII con la bula Qui disponente, el 03 de agosto de  1957.

Estamos aquí presentes todos los fieles que deseamos celebrar esta Solemne Misa de Acción de Gracias por el LIX Aniversario de la Prelatura de Juli. Esta Celebración Eucarística marcará el inicio para llegar al próximo año a las Bodas de Diamante, o sea, a los sesenta años de creación de nuestra Iglesia Local o Particular de Juli.

ACCIÓN DE GRACIAS:

La celebración solemne de esta magna fecha nos ayuda a elevar nuestro agradecimiento a Dios Uno y Trino por los dones maravillosos de la Fe, la Esperanza y Caridad, por ese don precioso de ser hijos de Dios por el Bautismo, por la Gracia divina que es alimentada y fortalecida por los sacramentos.

Nuestra acción de gracias por la existencia de nuestra Iglesia Local de Juli para extender el reino de Dios en nuestras tierras, para que la Iglesia pueda prolongar la misión que el Padre encomendó al Hijo.

Gracias señor porque a todo tu pueblo en la Prelatura de Juli los has hecho instrumentos para colaborar y comprometernos en la misión de la Iglesia.

LA IGLESIA UNIVERSAL Y PARTICULAR:

La Iglesia es Universal, y está presente en cada Iglesia Particular. La Iglesia es por derecho divino universal y particular.

La Iglesia Universal, que recibió triple misión de Cristo, está, por tanto presente en nuestra Iglesia Local de Juli. Por ello, cada vez más que muy unidos a nuestro obispo, hemos de hacer realidad esa misma misión de la Iglesia en cada rincón de nuestra querida Prelatura.

 

Recordemos las notas de la Iglesia: una, santa, católica y apostólica. La Iglesia es una por una porque uno es Dios, una es su doctrina, uno es su fundador. La Iglesia es santa, porque santo es Dios, santo es fundador, porque santo es su doctrina, santo sus sacramentos y mandamientos, porque santo son muchos de sus miembros.

La Iglesia es Católica, universal, para todos. Aquí en la Iglesia que es el pueblo de Dios, el cuerpo místico de Cristo, la viña del Señor, la casa de Dios, caben todos los hombres, sin distinción de razas y de lenguas, colores, sin distinción de etnias y culturas, sin marginaciones por la edad, el sexo, la nacionalidad o lugar donde hemos nacido.

La Iglesia es apostólica porque está unida a Cristo en los doce apóstoles y sus sucesores, porque está unido al Romano Pontífice, obispo de Roma y sucesor del primer Papa: Pedro.

La Iglesia recibió de Cristo la triple misión: la misión de enseñar, o sea, la misión profética (profeta), la misión de santificar, es decir, la misión sacerdotal (sacerdote), y la misión de gobernar o la potestad regia (rey), o sea de pastorear el rebaño y servir al pueblo de Dios.

EVANGELIZACIÓN Y CATEQUESIS:

Por eso, todos nosotros: obispo, sacerdotes y fieles laicos debemos hacer apostolado; hemos de orientar y animar a que mucha gente se acerque a Dios. Hemos de evangelizar y hacer mucha catequesis.

La evangelización y la catequesis son prioridades pastorales urgentes que nuestro obispo, Mons. José María Ortega Trinidad, nos ha ido insistiendo desde que ha llegado a la Prelatura de Juli, y que está plasmado en su primera carta pastoral del año 2007.

La evangelización, como sabemos, es el primer anuncio de Cristo. Ese primer anuncio se dio en nuestra tierra ya durante más de 500 años. Lo que tenemos que hacer ahora es profundizar en ese conocimiento y seguimiento a Cristo a través de una adecuada catequesis.

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NUEVA EVANGELIZACIÓN:

Empero, hoy, en especial desde el concilio vaticano II se habla de una Nueva Evangelización. No nueva en la doctrina, pues la doctrina de Cristo no cambiará nunca. Pero si nueva en la expresión, nueva en el ardor y nueva en el método.

Que nuestra meta en la pastoral y en el apostolado personal y grupal sea que todos busquen a Cristo, que todos conozcan a Cristo, que todo amen a Cristo, que todo sirvan a Cristo. Y una cosa importante, que una vez encontrado a Cristo no lo perdamos de vista, no le abandonemos, que se seamos fieles hasta la muerte, muy unidos dentro del pueblo de Dios que es la Iglesia.

PREOCUPACIÓN PATERNAL DE NUESTRO PRELADO:

Mons. José María, nuestro obispo prelado de esta Iglesia Local de Juli, está muy presente entre nosotros. Constantemente, pero en especial en su última carta a los sacerdotes, nuestro pastor nos manifiesta su preocupación por lo sacerdotes, indicándonos que sepamos enseñar siempre la verdad de Cristo. En efecto, nos anima exhortándonos: “queridos sacerdotes, les pido y ruego sean verdaderos propagadores y defensores de la fe aunque nos acarree adversidades, críticas o murmuraciones, incluso dolor o sufrimiento”.

Igualmente, se muestra muy cercano a sus presbíteros cuando dice: “a cada uno les acompaño todos los días en la Santa Misa, en medio de la oración y en esos ratos de conversación con el Señor estás tú y tu parroquia con todas sus dificultades. Nuestro Señor sabrá distribuir las gracias y dones según se los merecen”.

Y termina dicha carta insistiendo que todos vivamos muy unidos a Hijo de María en fraternidad, rezando unos por otros. En efecto, concluye expresándose así: “recemos los unos por los otros, recemos por los seminaristas; les ruego también sigan rezando por mí, aunque tal vez no lo merezca, pero lo necesito, el Señor les recompensará con creces”.

UNIDO A LA CRUZ:

Estoy seguro que Dios acoge con agrado y benevolencia la oración vocal y mental de nuestro Obispo, e igualmente, la oración del cuerpo. Él está ofreciendo su enfermedad, unido a la Cruz de Cristo. Esa es la fortaleza que Dios nos da, puesto que por la cruz se va a la luz, por la muerte en la cruz se va a la luz de la resurrección. Lo que más agrada a nuestro Padre Dios es la oración de los niños y de los enfermos. Esas gracias que por la enfermedad nuestro Pastor va obteniendo de la divinidad, está siendo distribuido –estoy convencido- por la comunión de los santos a todos los sacerdotes, diáconos, y fieles laicos de nuestro pueblo de Dios, presente en la Prelatura Territorial de Juli.

DEVOCIÓN Y AMOR A MARÍA:

Pidamos abundantes, buenas y santas vocaciones sacerdotes, religiosas y especial consagración por la intercesión de Virgen María en la advocación “Nuestra Señora de Guadalupe”, patrona del nuestros Seminario Mayor. Imploremos la abundantísima bendición de la Trinidad Santísima por intercesión de la “Virgen Inmaculada”, patrona de nuestra Prelatura de Juli, por los que somos hijos de nuestra madre la Iglesia, y por todos aquellos que se irán acercándose -por el conocimiento y amor a Dios- al redil de Cristo Jesús, verdadero Dios y Verdadero hombre.