Homilía del tercer Domingo de Adviento: El Señor goza contigo

Fácilmente hablamos de nuestra alegría en el Señor y de que el Señor es nuestro gozo. Hoy escucharemos al profeta Sofonías decirnos que, es precisamente Dios quien se goza en nosotros, si entendemos el mensaje del profeta referido, místicamente a cada uno de los que nos abrimos a su gracia divina.

De todas formas será bueno que en este día, con la liturgia, meditemos en la alegría que Dios puso en nosotros cuando nos regaló su gracia.

  • Sofonías

Profeta poco conocido, Sofonías nos trae una gran invitación. Se trata de un bellísimo párrafo lleno de optimismo por el cual el profeta promete la verdadera alegría y el triunfo al pueblo del Señor.

El motivo fundamental de este gozo es Dios mismo, del cual habla en estos bellísimos versículos:

“¡No temas! ¡Sión, no desfallezcas! El Señor tu Dios está en medio de ti, valiente y salvador; se alegra y goza contigo, te renueva con su amor; exulta y se alegra contigo como en día de fiesta”.

Los exegetas nos dicen que la Palabra exulta se puede entender como baila”.

Qué maravilloso es saber que lo que Dios dice en el Antiguo Testamento sobre Sión, la Iglesia se lo aplica a ella misma y a cada uno de los que viven teniendo conciencia de que llevan a Dios en su corazón.

  • Salmo responsorial

No es propiamente un salmo sino que está tomado de Isaías.

Como estribillo repetiremos: “Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel”.

Es una hermosa invitación a confiar en el Señor. Les invito a meditarlo juntamente con la reflexión de Sofonías.

  • San Pablo

Nos pide orar en todo momento.

La fuente de la vida sobrenatural y en concreto de la oración, es la alegría. La oración brota del corazón que ama y el corazón que ama siente alegría.

Pero no se trata de cualquier alegría puramente externa, sino de la alegría del Espíritu. Aquella que vivía Jesús mismo y que San Lucas nos cuenta que el público percibió cuando el Señor  orando al Padre, “lleno de alegría en el Espíritu Santo exclamó…”.

Con esa alegría pide Pablo: “estad siempre alegres en el Señor”.

Pablo quiere que presentemos nuestras peticiones unidas a la acción de gracias.

Pedir, agradecer y confiar producen la paz que “llenará nuestros corazones y nuestra mente en Cristo Jesús”.

No olvides: ora, reza… con la alegría del Espíritu Santo y sentirás un gozo inefable.

  • Verso aleluyático

Recuerda siempre:

Desde al bautismo el Espíritu del Señor está sobre ti, para que vayas a anunciar el Evangelio a todos y en especial a los pobres.

Ten presente que desde el bautismo estás configurado con Jesús y como Él debes evangelizar:

“Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda la creación”.

  • Evangelio

Juan Bautista se ha tomado en serio su papel de precursor preparando los caminos del Señor y evangelizando.

Su vida de sacrificio y su celo ardiente atrae a las multitudes, y a todos los va orientando con sus consejos:

+ Compartir lo que uno no necesita: ropas, alimentos, etc.

De esta manera se adelanta a las obras de misericordia que enseñará Jesús.

+ A los recaudadores de impuestos:

Que no pidan más de lo estipulado por la ley.

+ A los militares:

Que no extorsionen a nadie y se contenten con el sueldo.

Así iba enseñando a todo el pueblo y “anunciando el Evangelio”.

Pastor celoso y humilde, Juan se presenta con sencillez haciendo resaltar la presencia de Jesús que viene con el fuego del Espíritu Santo.

Es Jesús quien bautiza y realiza la obra de la salvación. Nosotros todos, como Juan, somos servidores y preparamos sus caminos.

También tú. No lo olvides.

José Ignacio Alemany Grau