109. Los 150 Años en el Perú de la Congregación “Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor”

Perú Católico, líder en noticias rumbo al Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito.

De los 200 años del Estado del Perú, 150 han contado con la presencia de las Hermanas del Buen Pastor, la congregación a la que pertenece la nueva beata de nuestra Patria, Hermana Aguchita.

Fueron fundadas por un sacerdote excepcional, San Juan Eudes, por su rol en la renovación espiritual de la Iglesia de Francia en el siglo 17. Como sacerdote misionero, encontró a muchas mujeres explotadas y atrapadas en situaciones de pobreza y prostitución. Ellas querían cambiar sus vidas. Estaba convencido de que cada persona tiene dignidad infinita como hija de Dios y quería ayudar a estas mujeres a recuperarla. Por eso, fundó la Orden de Nuestra Señora de la Caridad el 25 de noviembre de 1641, en Caen (Francia). La misión de la Orden consistía en ofrecer refugio y nuevas posibilidades a estas mujeres. Para dar continuidad a esta misión, San Juan Eudes dio a las hermanas un cuarto voto: el de “celo por la salvación de las almas.” Él falleció el 19 de agosto de 1680 y fue canonizado el 31 de mayo de 1925.

El 20 de octubre de 1814 en Tours (Francia) ingresa en la Orden la joven Rosa Virginia Pelletier que recibió el nombre de Hermana María de Santa Eufrasia. Durante sus años de formación, alimentó su espiritualidad a través de la lectura reflexiva de la Palabra de Dios  y de los escritos de San Juan Eudes. Sentía un gran amor por las jóvenes y niñas confiadas a su cuidado, las cuales -al saberse amadas por Dios- tomaban conciencia de su propio valor y hasta el deseo de entrega total a Dios. Con ellas, poco después de ser elegida superiora de la comunidad de Tours, María Eufrasia fundó las Hermanas de Santa Magdalena el 11 de noviembre de 1825, cuya vida siguió de cerca la vida contemplativa de las Madres Carmelitas.

Por otra parte, y como respuesta a la solicitud del Obispo Charles Montault, en su diócesis de Angers (Francia) María Eufrasia fundó, en 1829, la comunidad de Nuestra Señora de la Caridad a la que llamó “Buen Pastor”, en recuerdo de la institución que había existido en Angers antes de la Revolución Francesa, dedicada a la misma obra. El 28 de agosto de 1831, también en Angers, fue fundada una comunidad contemplativa de las Hermanas de Santa Magdalena. Simultáneamente, María Eufrasia recibió innumerables peticiones de nuevas misiones. Numerosas y diferentes vocaciones, junto a las solicitudes de los pastores, llevaron  y , entendió que era necesario un cambio de estructura en la forma de organizar los monasterios. Por lo tanto, escribió al Cardenal Carlo Odescalchi, el cardenal vicario del Papa Gregorio XVI, para solicitar la fundación de un Generalato. Su petición fue otorgada el 16 de enero de 1835. De este modo, una nueva Congregación vio la luz: la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor de Angers. La Congregación se extendió rápidamente no sólo en Francia, sino en todo el mundo. Cuando ella murió el 24 de abril de 1868 había 110 casas. Santa María Eufrasia fue canonizada el 2 de mayo de 1940. En el Capítulo Congregacional de 1969, el nombre oficial de la Congregación se convirtió en: Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, como reflejo de su internacionalidad.

Las Hermanas de Santa Magdalena, contemplativas, experimentaron varios cambios. En 1950 añadieron a su consagración el cuarto voto de celo que se expresa a través de una vida de oración. Cambiaron varias veces de nombre (Hermanas de la Cruz, Hermanas Contemplativas del Buen Pastor). Desarrollaron su sentido de identidad como hermanas contemplativas dentro de una Congregación apostólica. En 2003, fue aprobado el Artículo Uno de las Constituciones que afirma… “expresamos nuestro carisma de amor misericordioso a través de una vida apostólica o de una vida contemplativa”. El 19 de agosto de 2009 fueron aprobadas las nuevas Constituciones, que reconocieron e incorporaron ambos estilos de vida, con el mismo nombre para todos los miembros – Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor. A través de un Camino de Enriquecimiento, durante el que se compartieron historia, espiritualidad y carisma, se llegó a la decisión de la reunificación por medio de la fusión. El decreto que autorizó la fusión entró en vigor y se celebró la  reunificación el 27 de junio de 2014.

Las Hermanas del Buen Pastor en el Perú

Siete jóvenes misioneras de la Congregación de Religiosas del Buen Pastor llegaron al Perú el 31 de agosto de 1871. Ellas venían de la Provincia de Canadá y al llegar a Lima, fueron acogidas por las Señoras de la Caridad de San Vicente Paul, las mismas que habían solicitado al Presidente José Balta y Montero la presencia de las religiosas del Buen Pastor en el Perú para dirigir una obra según su carisma.  Las recién llegadas dedicaron unos meses al estudio del castellano. Y ya desde comienzos de 1872 van concretando sus fundaciones.

Entre sus apostolados aceptaron una petición de la Sociedad de la Beneficencia de Lima que les solicitaba la apertura de una Escuela Industrial para internas y externas, proyecto que se complementaría con una escuela gratuita para niñas pobres. Años más tarde, en 1898, la misma Sociedad de Beneficencia pidió a la Congregación que asumiera la dirección del Instituto de Sevilla para educar a jóvenes pobres. Las Hermanas pusieron allí todo su corazón en la educación cristiana, en la instrucción elemental y sobre todo en la formación para la vida. No fueron las únicas fundaciones de estos primeros años. Su carisma les lleva a priorizar en su misión a los sectores femeninos más desamparados, empeñadas en la dignificación de la mujer pobre en el Perú.

La Congregación se extendió por el Perú respondiendo a las realidades de las mujeres más vulnerables, siempre atentas a los signos de los tiempos. Se fundaron servicios apostólicos en ocho ciudades del Perú y regresaron el 2018 a La Florida. En Lima, además de la casa provincial y las hermanas contemplativas, desarrollan las siguientes tareas apostólicas: La Casa de Retiro, la Casa Betania para las hermanas mayores y el Hogar Reina de la Paz en Salamanca; el Centro AMMAR que acompaña a mujeres en situación de prostitución y prevención de la violencia en Lima, en Barrios Altos, junto al Centro de Apoyo a la Mujer “María Agustina Rivas”; La Comunidad de Inserción “Santa María El Pino” y el Proyecto PINIFE en la Victoria.

En Cusco llevan el Hogares para menores, “Buen Pastor”, el Kcauri y también el servicio “Warmi Wasi Agustina Rivas” para la Promoción y capacitación de la mujer campesina. En Chimbote otro centro AMMAR y Centro de Apoyo a la Mujer “María Agustina Rivas”. En Cajamarca, una Residencia para víctimas de violencia familiar Centro “Santa María Eufrasia”.

En el campo educativo dirigen los CETPROS “Reina de la Paz”, en Lima y “Domitila Las combes” en Tacna; y las siguientes Instituciones Educativas: “Santa María Eufrasia” en La Molina, Lima, “Niño Jesús de Praga” en Barrios Altos; “Nuestra Señora de Lourdes” en Arequipa; El “Instituto Gelicich” en Huancayo, “Rosa María Checa” en Chiclayo y “Corazón de María” en Tacna.

En 1950, fundan el colegio Niño Jesús de Praga, que sigue funcionando hasta el día de hoy en Barrios Altos. En 1970, la Congregación realiza una gran mudanza al conseguir un terreno en Salamanca, adonde se trasladan buena parte de las hermanas contemplativas y apostólicas, así como algunos de sus proyectos, fundando en ese nuevo espacio el Hogar Reina de la Paz en 1976. En estas casas de Barrios Altos y Salamanca vivirá Aguchita toda su vida apostólica en Lima, realizando distintos servicios.

El Perú agradece su entrañable misión de la Congregación, tan dignamente representadas a la fecha por 63 hermanas apostólicas y 16 hermanas contemplativas en las 16 casas en Lima, Huancayo, La Florida, Chimbote, Chiclayo, Cajamarca, Cusco, Arequipa y Tacna.

Felizmente coincide el Bicentenario del Perú, con sus 150 años y con la beatificación de Aguchita. Les recomiendo como pan caliente la sabrosa obra de mi buen amigo P. Alfonso Tapia: AGUCHITA. La muerte no se improvisa. El Amor es nuestra vocación. Beata María Agustina de Jesús Rivas López. (1920-1990)

(Sociedad de San Pablo, Lima 2022, pp.295)

Foto del autor de esta sección y artículo: Doctor e historiador José Antonio Benito Rodríguez.

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