120. 110 años de la presencia pasionista en el Perú
Perú Católico, líder en noticias rumbo al Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito.
Este 9 de abril del 2022, quien fuese el primer obispo pasionista en el Perú, Mons. Martín Elorza, ha sido declarado venerable por el Papa Francisco, incorporándose al preciado tesoro de nuestro Perú ensantado. ¿Quién no ha sido testigo de pasionistas emblemáticos en el Perú como el P. Clemente Sobrado, con sus motivadoras intervenciones en los domingos de RPP, o Mons. Miguel Irízar (+) popular obispo del Callao? Precisamente de la mano del segundo quiero señalar el denodado compromiso de la congregación al Perú en sus 110 años de presencia.
Fue con motivo del Centenario pasionista en el Perú, en el 2012, cuando Monseñor Miguel Irízar se impuso el arduo trabajo de escribir la historia de la Orden en el Perú. Para ello contactó con todas las congregaciones religiosas, vinculadas a la obra misionera de la Congregación Pasionista, tanto en el Vicariato Apostólico de Yurimaguas como en la Prelatura de Moyobamba. Para garantizar este proceso se puso en contacto con casi todos los Superiores Provinciales de los respectivos institutos religiosos que según él acogieron muy bien sui propuesta y cooperaron con algunos informes a través del correo electrónico.
Como primer paso, a inicios del 2012 diseñó cuatro fichas o documentos con su carta de saludo y solicitud de cooperar al proyecto de documentación para el Centenario Pasionista. El primer documento está dirigido a las Congregaciones Religiosas que han servido a la misión, tanto en el Vicariato, como en la Prelatura. El segundo documento va dirigido a las un autoridades provinciales o regionales de Loreto y San Martín. El tercer documento es la carta con un cuestionario apropiado para los religiosos pasionistas que han servido en el Vicariato de Yurimaguas o en la Prelatura de Moyobamba, solicitándoles información y su visión de la presencia de la Congregación Pasionista desde su propia experiencia. El cuarto documento está dirigido a personas amigas y conocedoras de la obra pasionista en Yurimaguas como en Moyobamba. Yo mismo le propuse abrir un blog para la celebración del Centenario Pasionista en el Perú, invitando a dar su testimonio.
El producto final –según él- debiera materializarse en una publicación documentada, gráfica y bien ilustrada que sea amigable e interesante para el público en general. Junto al P. César Antonio Molinero participé como asesor del proyecto, sin saber en qué había quedado. Con la dolorosa noticia del fallecimiento del autor me ha llegado esta gozosa nueva de ver coronada la publicación[1] que considero como un homenaje póstumo que le tributan sus hermanos, especialmente el maestro P. Antonio María Artola quien le dedica un emocionado y entrañable prólogo, firmado en Lima el 18 de enero del 2018. Su objetivo es bien claro: “suscitar un verdadero interés por conocer personalmente la hazaña épica de los misioneros pasionistas”, cuyo rico legado histórico “recibe calor y vida de la mano Mons. Miguel Irízar” (p.5). Se abre la obra con un útil y didáctico “Itinerario histórico” del 1912 al 2007 (pp. 6-12).
El primer apartado lleva por título “Monseñor Emilio Lissón y los Pasionistas” da razón de la génesis de la presencia misionera de la Orden por la iniciativa del celoso prelado de Chachapoyas, quien acude al Papa, al propio superior de los pasionistas y, una vez conseguidos los permisos, se encarga de recibirlos, acogerlos y destinarlos. Toda esta parte tiene el encanto de las florecillas franciscanas por su sencillez, abnegación, vida de familia y misión. Bien completada por la información del contexto del “primer escenario”, el Departamento de San Marín y la trayectoria pastoral de los pioneros misioneros.
El II, “Vicariato Apostólico de Yurimaguas”, se articula a través de sus obispos vicarios: Mons. Atanasio Jáuregui, Mons. Elías Olazar, Mons. Miguel Irizar y Mons. José Luis Astigarraga. En el apartado III se da cuenta de la obra de los pastores de la Prelatura de Moyobamba, Mons. Martín Elorza, Mons. Venancio Orbe, Mons. Santos Iztueta. El IV corresponde a los fundadores de parroquias de Lima y otros lugares del Perú: Santa Beatriz en Lince, Virgen del Pilar en San Isidro, Cristo Rey, La Molina, Apata (Huancayo), Sullana, Chiclayo, Hospital Naval. Con un apartado especial dedicado a los misioneros populares considerados “heraldos de Cristo Crucificado”
El V se dedica al martirologio misional con cinco padres (Eleuterio Fernández, Aquilino Iribertegui, Gabino Basares, Cayetano Ardanza, Modesto Erbiti) y la Hermana franciscana de María, Lourdes Fernández. El capítulo VI brinda nueve semblanzas de misioneros pasionistas: P. Andrés Asenjo, P. Zósimo Rivas, P. Lucas Zarandona, P. Constancio Bollar, P. Iñaki Basauri, P. Benedicto Lekue, P. Inocencio Rodríguez, H. Juan María Odriozola, H. Mauricio Uranga
El VII contiene dos testimonios de misioneros pasionistas, P. Bixente Intxausti y P. Luis Arrieta. El VIII. Giras pastorales (misionales). Se ofrecen las de Mons. Atanasio Jáuregui como crónica de la Obra de la Propagación de la Fe y la de Mons. Martín Elorza acerca de su método de trabajo en las giras y el testimonio del P. Félix Usoz que le acompañaba. El IX. Cartas e informes pastorales. Se refieren a los episcopados de Mons. Jáuregui, Mons. Elorza y Mons. Orbe.
Por último, se recoge abundante documentación en la sección de anexos y que ha sido la respuesta de las congregaciones religiosas al pedido del autor del libro. El primero titulado “Episcopologio” pasa lista cronológica a los nueve obispos pasionistas en el vicariato de Yurimaguas y la prelatura de Moyobamba (p.233)
Termino consignando el listado de los institutos religiosos que han aportado a la misión pasionista en la Amazonía, toda un testimonio de sinodalidad de nuestra Iglesia. En primer lugar, los de Yurimaguas: Franciscanas Misioneras de María, Compañía Misionera del Sagrado Corazón, Misioneras Lauritas, Religiosas de San José de Cluny, Misioneras Marianas, Canonesas de la Cruz, Religiosas Pasionistas, Misioneras Carmelitas (Lagunas), Hermanos del Sagrado Corazón, Misioneros de Jesús, Salesianos. Sociedad Salesiana de San Juan Bosco, Misioneros del Sagrado Corazón y Santa María de Guadalupe, Madres Carmelitas Descalzas, Trabajadoras Sociales (México).
Prelatura de Moyobamba (pp.287-314:) Mercedarias de la Caridad, Religiosas compasionistas, Dominicas de la Presentación, Misioneras del Pilar, Misioneras de San Vicente de Paul, Hijas de la Caridad, Padres Vicentinos, Padres Claretianos
Finaliza con un álbum titulado “fotos del recuerdo” (pp. 324-328).
Agradezco la iniciativa del querido y recordado Mons. Miguel Irízar, así como la culminación por el P. A.M. Artola que nos comparten cien años de vida apasionada de los pasionistas en el Perú. ¡Cuánta entrega, cuánta creatividad, cuánto celo evangelizador por las almas y cuánta acción solidaria en los campos de la educación, la salud, la promoción social! Resalta –es verdad- la obra de la congregación, pero en comunión ejemplar con las familias eclesiales. Los pasionistas han roturado un territorio y lo han ganado para Cristo, su Iglesia, el Perú.
[1] Mons. Miguel Irízar Campos, C.P. Cien años de presencia pasionista en el Perú (Arzobispado de Arequipa, Arequipa, 2018, 337 pp)
*No olvides de ingresar a este enlace en donde encontrarás todos los personajes que forjaron nuestra independencia: https://perucatolico.com/c/la-iglesia-ante-el-bicentenario/
Doctor en Historia de América. Profesor en facultades de Teología y Filosofía. Escritor de libros y artículos.