16.- Iglesia ante el Bicentenario: Fray Marcos Durán Martel, el agustino que protagonizo la revolución de Huánuco 1812

Perú Católico, líder en noticias.– Perú Católico, líder en noticias rumbo al Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito.

Natural de Huánuco, procedía de una familia de clase media, ejerció como carpintero e ingresó ya mayor en el convento de la Orden Agustina de Nuestra Señora de Gracia de Huánuco. Parece que era adusto con los coristas o religiosos profesos que estaban haciendo la carrera sacerdotal, paraba poco en su convento y apenas con Fray Ignacio Villavicencio tenía amistad.

En vista de las acusaciones hechas contra Fray Marcos Durán y los veinticuatro principales encausados, Don José González de Prada, Gobernador Intendente del Departamento de Tarma y General en Jefe del Ejército pacificador, se les citaba para testificar y defenderse de la culpa de delito de sublevación y sustracción de bienes en el saqueo perpetrado en la ciudad, de que se les acusaba.

Según el historiador agustino P. Javier Campos, en la revolución tuvo un papel destacado la utilización de unos pasquines y proclamas en las cuales se denunciaba la situación y se incitaba a la revuelta; aunque fueron unas décimas anónimas su autoría estaba en torno al círculo de religiosos residentes en Huánuco -el agustino Villavicencio, y los mercedarios  Ledesma y Aspiazu-, que levantaron los ánimos de la ciudad e implicaron a varias personas que hicieron de amanuenses y de sombras ocultas en la noche para ponerlos es lugares estratégicos. La figura del P. Durán aparece en las deposiciones de los testigos, porque en su celda se hicieron copias de las dieciocho décimas y él habló de la importancia revolucionaria que tenía este sistema. 

Fue así cómo Fray Marcos resultaba culpable, por lo que el Gobernador libró “mandamiento de prisión y embargo de su persona y bienes cometido al Capitán Don Diego Adalid” el día 1º de abril. Fray Marcos huyó a la sierra, ocultándose en una cueva a unas tres leguas de la ciudad; no fue detenido hasta finales de mayo, según el testimonio de los Autos remitidos por el Gobernador al Virrey. Por los Autos que obraban en poder del Gobernador de Tarma, “Fray Marcos Martel (sic), religioso agustino, principal autor de la insurrección según que se le hace por exposición de 20 testigos”. Por el auto de 6 de agosto la Audiencia determinó el traslado de Fray Marcos Durán a la Cárcel Real -en compañía de Cayetano Morales, por otro nombre Sebastián González, desertor, y el resto de condenados al lugar asignado en la sentencia. La estancia del P. Durán en Lima fue temporal porque había sido condenado “a que sea remitido a la Península al servicio de un Hospital por el tiempo de diez años sin que pueda volver a ellos, aunque los haya cumplido”.

Acatando la sentencia el Virrey Abascal aprovechó la primera ocasión para enviar a Fray Marcos Durán y a Cayetano Morales a la península para que cumpliesen la condena prescrita. Campos y Fernández de Sevilla afirma que “los historiadores que han tratado este asunto cierran aquí el tema afirmando que Fray Marcos Durán falleció en Ceuta o en la Península teniendo en cuenta que la sentencia le prohibía regresar a su país. Sin embrago, dice que, según un documento firmado en Cádiz, el 24-V-1822, en cumplimiento de un indulto el P. Marcos quedó libre, y junto a otros cinco -el sacerdote don Antonio Herrera, don José Ximénez, el oficial don Mariano Zubieta, el paisano don Juan Túpac Amaru [3] y don Manuel Sauri-, debían remitirse a América por Gibraltar”.

El hecho es que como nos cuenta Campos y Fernández de Sevilla “su protagonismo en la revolución fue grande, abierto y decidido. Por los testimonios de los testigos, los acusados y sus defensores sabemos que su celda era un centro de operaciones donde se gestó parte de la acción, y donde se reunió parte del material e incluso fabricó personalmente dos cañones de maguey. La rebelión tuvo un acentuado carácter peruanista porque el sentimiento contra los españoles y europeos aflora en muchas intervenciones de Fray Marcos; era una reivindicación de la raza y de la naturaleza propia de la tierra -lo indio y lo criollo, contra los extranjeros, sobre todo españoles, que los habían dominado y abusado”.

También hay constancia del influjo que Fray Marcos tenía sobre los indios, al menos sobre los que había ejercido alguna labor pastoral en su misión religiosa y catequética. A través del motinista Rodríguez, en el Pueblo del Valle, leyó una proclama a los indios en la puerta de la Yglesia, diciéndoles, “que supuesto habían empezado la empresa de la rebelión era necesario que la concluyesen y que para eso tenían cinco mil hombres de auxilio que venían de Huamalíes con ese mismo objeto”. 

Foto del autor de esta sección y de este artículo: Doctor e historiador José Antonio Benito.

*No olvides de ingresar a este enlace en donde encontrarás todos los personajes que forjaron nuestra independencia: https://perucatolico.com/c/la-iglesia-ante-el-bicentenario/