Perú Católico, líder en noticias rumbo al Bicentenario de la Independencia. Este artículo es escrito por el Doctor e Historiador José Antonio Benito.

Tuvo como fundador y mecenas al prelado Fray Pedro de Perea (1617‑1630) en la fecha 30 de septiembre de 1619, comenzando a funcionar en 1622. El primitivo local estaba situado en el lugar que actualmente ocupa el Palacio Arzobispal y la casa contigua de la primera cuadra de la calle San Francisco. Parece ser que durante 263 años fue este su emplazamiento hasta que, en 1882, 26 de abril, fue trasladado a la calle de Santa Rosa, “Buen Retiro, lo que hoy es el Colegio “Túpac Amaru” por iniciativa de Monseñor Ambrosio Huerta. En 1919, el Seminario hizo canje de la mitad del local de la calle de san Francisco con el de Buen Retiro, que desde entonces fue propiedad del obispado. En 1959, por iniciativa de Mons. Leonardo J. Rodríguez Ballón, se traslada a Umacollo, donde se encuentra instalado en la actualidad, en la avenida san Jerónimo.

El 6 de setiembre de 1788 tomó posesión de la sede el sabio y solidario obispo José Chávez de la Rosa. Con ocasión de haberse alojado en la casa contigua del colegio, propiedad de D. Raimundo Gutiérrez de Otero, no sólo usó de la capilla del seminario para la consagración de santos óleos y pontifical en aquel año, sino que le frecuentó en varios días y diversas horas para conocer in situ su estado, determinándose a reformarlo en lo material y formal. De este modo acometió la refacción de la casa, elaboró constituciones provisionales para su régimen, al tiempo que tramitó la real aprobación. Como rector nombró a Cipriano Villota, chantre de la catedral; además, un vicerrector y maestro de latinidad, ecónomo y otros oficiales; se admitieron diez colegiales que después se aumentaron hasta veinte y cuatro, previas informaciones de legitimidad, edad, costumbres y demás calidades prevenidas por el Concilio de Trento. La apertura tuvo lugar el día 14 de agosto de 1791. Los estudios de latinidad, filosofía, teología, derecho civil y canónico continuaron por el orden progresivo, admitiéndose estudiantes seculares a las aulas respectivas, con la debida separación de los colegiales.

 Su aprobación se hizo por la Real Cédula el 1º de julio de 1800. El nuevo Plan de Estudios instituido por el Obispo Chaves de la Rosa comprendía las siguientes asignaturas: Doctrina Cristiana, Gramática Latina, Lenguas Orientales, Filosofía: Lógica, Ontología, Física y Ética, Teología, Sagrada Escritura, Disciplina Eclesiástica, Ritos y cómputo, Derecho Canónico, Catedráticos y Pasantes, Prácticas Internas y públicas.

Para que los estudiantes realizaran sin dificultad sus consultas bibliográficas, dotó al Seminario de una biblioteca especializada, cuyo fondo bibliográfico fue incrementando con la biblioteca de los padres Jesuitas expatriados y por su biblioteca personal que trasladó desde Cádiz hasta el Callao a bordo de la fragata Santa Rufina, y en 52 cajones el año de 1787. Estaba integrada por misales, catecismos, libros corales, biografía de santos, o historia sagrada, teología, filosofía, patrística y dogma, libros de la cultura grecolatina y del pensamiento ideológico entonces imperante en Europa.

El destacado historiador Alejandro Málaga Medina destacó en su trabajo “El Seminario de San Jerónimo y su influencia en la Emancipación del Perú” su gran aporte en la decisiva formación de protagonistas de la vida pública y cultural de la naciente República de Perú. De ahí salieron los fundadores de la Academia Lauretana, los maestros del Colegio de la Independencia Americana, los profesores de la Universidad del Gran Padre San Agustín. Damos su lista:  Francisco Javier de Luna Pizarro, Mariano Melgar, Francisco de Paula González Vigil, Mariano José de Arce, José María Corbacho y abril, Benito Lazo, Andrés Martínez, Evaristo Gómez Sánchez, Francisco Quiroz, Nicolás de Piérola (padre del Presidente de la República). Prelados de la Iglesia: Juan Gualberto Guevara, arzobispo de Lima y primer cardenal de Perú; Mariano Jacinto Valdivia, arzobispo de Huancayo; Erasmo Hinojosa Hurtado, arzobispo de Piura; Francisco Rubén Berroa, obispo de Huánuco; José Germán Benavides, auxiliar de Arequipa. Más recientes son: José Miguel de la Rosa, Manuel E. de Piérola, Manuel G. Suárez Polar y José Luis Bustamante y Rivero. Entre los profesores cabe destacar a Manuel Fernández de Córdoba, Francisco Javier de Luna Pizarro, Fr. Juan José del Patrocinio Matraya y Ricci, Francisco Javier Echeverría, Nicanor Porcel, P. H. Duhamel, Dr. P. Eleodoro Farfán, Dr. Mariano Ochoa, Mons. Domingo La Rosa.

Un momento significativo lo representó la visita del libertador Simón Bolívar el 26 de febrero de 1826 tal como registró su rector Mateo Joaquín de Cossío, relatando que ordenó al general prefecto que junto al Sr. Obispo brinde al Seminario todo lo necesario, específicamente el fierro para sus balcones: “Con la mayor complacencia paseó la casa, pobre pero aseada, vio la capilla, aula general, graneros, claustros y aposentos […]Visitó también la numerosa y selecta librería, donación del Ilustrísimo Señor Chávez de la Rosa; ¡qué votos de gratitud no tributó a ese prelado de memoria eterna!¡qué lecciones no dio a los jóvenes para que nunca olvidasen los beneficios hechos a este colegio por un obispo padre de los arequipeños! Leyó también las Actas de los exámenes públicos que se presentan y conoció el aprovechamiento en que se hallan los jóvenes en los estudios de filosofía, matemáticas y teología, de suerte que lleno del mayor regocijo estaba en medio de los alumnos como un padre entre sus hijos. Así es que a cada uno de ellos les dio un regalo como señal de su cariño paternal”[1].


[1] Crónica de “El Amigo del Pueblo”, Arequipa, 28 de julio 1908.

Foto del autor de esta sección y artículo: Doctor e historiador José Antonio Benito.

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