El jueves 08 de junio, la ciudad de Cusco se vistió de solemnidad y devoción para celebrar la Solemnidad de Corpus Christi, una de las festividades religiosas más importantes de la región. La ceremonia central tuvo lugar en el atrio de la Basílica Catedral del Cusco y fue presidida por Mons. Richard Daniel Alarcón Urrutia, Arzobispo Metropolitano del Cusco, quien estuvo acompañado por Mons. Lizardo Estrada Herrera OSA, Obispo Auxiliar del Cusco, Mons. Gilberto Gómez González, Obispo de Abancay, y Mons. Edinson Farfán Córdova, Obispo Prelado de Chuquibambilla, así como por el clero cusqueño.

La misa, concelebrada por los mencionados dignatarios eclesiásticos, contó con la asistencia de las principales autoridades civiles, policiales y militares del Cusco, así como con la presencia masiva de la feligresía local y visitantes. La solemnidad se vio realzada por la tradicional participación de las 15 imágenes Patronales que vinieron de las principales parroquias de ciudad como son: San Antonio Abad, San Jerónimo, San Cristóbal, San Sebastián, Santa Bárbara, Santa Ana, Santiago, San Blas, San Pedro, San José, Virgen Natividad, Virgen de los Remedios, Virgen Purificada, Virgen de Belén y Virgen Inmaculada.

Durante su homilía, el Arzobispo resaltó la importancia de mantener y transmitir a las próximas generaciones la herencia recibida de los antepasados. Destacó la vitalidad de la fe eucarística, la cual forma parte de la riqueza cultural y religiosa del pueblo cusqueño. Mons. Alarcón Urrutia enfatizó la necesidad de renovar la memoria histórica de un Dios que nunca ha abandonado ni dejado de alimentar a su pueblo. Haciendo referencia a las lecturas del día, hizo un llamado a la gratitud por la fe recibida y a la unidad entre los creyentes, basada en la Eucaristía como fuente de comunión.

El Arzobispo hizo hincapié en la importancia de la unidad en una sociedad cada vez más fragmentada, instando a reconocer la diversidad y respetarse mutuamente. Resaltó que la división impide el progreso y recordó el llamado de Jesús a la unidad en su última oración. La Eucaristía, es un mensaje silencioso que busca la unidad en la diversidad y el compromiso de ser hombres y mujeres de comunión y paz.

Finalizada la celebración se dio inicio a la procesión solemne del Santísimo Sacramento en la carroza de plata por el perímetro de la Plaza Mayor del Cusco, en medio de una fervorosa participación de los fieles. Al finalizar, Mons. Richard Daniel Alarcón Urrutia impartió la bendición a los presentes, enriqueciendo así la vida cristiana de todos los asistentes.

Seguidamente una vez concluida la celebración y procesión eucarística, se dio inicio a la tradicional procesión de las quince imágenes Patronales que fueron acompañadas por sus párrocos, feligreses, músicos y devotos en general.

La celebración de la Solemnidad de Corpus Christi en Cusco dejó una profunda huella de fe, devoción y unidad entre los participantes. Esta importante festividad reafirma el compromiso de los cusqueños de valorar su fe y fortalecer su identidad religiosa.