Ecuador: Papa Francisco estrechó manos con presidente Rafael Correa
Un apoteósico recibimiento al papa Francisco se registró hoy en la capital ecuatoriana, donde decenas de miles de fieles invadieron las calles para gritar vivas al pontífice, aunque también se escucharon pitos al presidente del país, Rafael Correa, que lo fue a recibir al aeropuerto.
El jefe de la Iglesia católica llegó esta tarde al aeropuerto Mariscal Sucre de Quito, en el sector de Tababela, unos 30 kilómetros al este de la ciudad, y fue recibido por Correa.
Ambos, en una nutrida caravana de vehículos encabezada por motociclistas de la guardia presidencial, tras abandonar la terminal aérea, llegaron a las puertas de la ciudad, donde Francisco cambió de vehículo y se subió al “papa móvil”, un todoterreno descubierto y resguardado por vidrios, desde el que saludó a la feligresía.
Gente de toda edad, condición social y género se apostó a los lados de la avenida Simón Bolívar para saludar al Pontífice, que en el Papamóvil avanzó más rápido de lo que muchos esperaban. Apenas para recibir de lejos la bendición del cura argentino, que mostró siempre su sonrisa diáfana y franca.
Muchas personas portaban banderitas de Ecuador y del Vaticano, así como pancartas con la foto de Francisco y hasta algún creativo fue acompañado de una imagen del Papa de tamaño real, que bastantes aprovecharon para tomar instantáneas y selfis.
Cuando se empezó a divisar la caravana, la aglomeración se intensificó a los lados de la calle, custodiada siempre por un fuerte contingente de policías y voluntarios que animaban a la gente a recibir con cánticos y plegarias al papa Francisco.
“Viva Francisco” y “Bienvenido, bienvenido, papa Francisco“, coreaban los fieles, muchos ataviados con cámaras o teléfonos inteligentes para plasmar el histórico instante.
La algarabía se convirtió en apoteosis cuando Francisco rodeó el redondel que conecta la avenida “Simón Bolívar” con la calle De los Granados, para entrar de lleno en la ciudad.
“Ohhhhh”, “Viva el Papa” y “Francisco, Francisco“, gritaron los miles de fieles congregados en ese lugar, mientras el papa pasaba a su lado.
Luego volvió la calma, al menos por unos segundos, hasta que pasó el auto del presidente Correa, cuando sonaron pitos y gritos de “fuera, fuera”. El automóvil presidencial también pasó raudo y en medio de la silbatina se escucharon unos ligeros aplausos y risas.
Desde hace algo más de un mes, grupos de manifestantes han protestado reiteradamente en Quito, Guayaquil y otras ciudades del país en contra del anuncio del presidente de buscar en el Parlamento la aprobación de leyes que elevarían los impuestos a las herencias y a la plusvalía.
Aunque los proyectos han sido retirados de forma temporal, las protestas, a veces violentas, se han mantenido hasta vísperas de la llegada del papa.
Tras el acontecimiento, la muchedumbre emprendió la retirada y el lugar se volvió caótico, con gente que pretendía ir de prisa hacia todos los costados, tras haber esperado, algunos, hasta cuatro horas para que pasase el pontífice.
Pero, la imagen de Francisco, con la mano levantada, brindado la bendición a los fieles ecuatorianos, quedará impregnada en muchos de los asistentes.
El recorrido del Papa, en su primera comunión con los ecuatorianos, prosiguió luego por la avenida 6 de Diciembre y concluyó en la conjunción con la Orellana, donde queda la Nunciatura Apostólica.
Durante todo el trayecto, la multitud apostada en las aceras se expresó con sentimientos de afecto hacia el papa argentino y correspondió con aplausos y vivas a las primeras bendiciones ofrecidas por Francisco en Ecuador.
El Papa estará hasta el miércoles en Ecuador y luego proseguirá Bolivia y Paraguay, en su primera gira por países suramericanos de habla hispana. Fuente: EFE
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