Santuario mariano de Barrios Altos es la cuna de la devoción a la Virgen del Monte Carmelo, por Cathy Calderón

Si junio es el mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, el Hijo da paso para que el siguiente mes veneren a su Santa Madre, en la advocación de la Virgen del Carmen, una de las populares entre los fieles.

La cuna de la devoción se sitúa en el Santuario Mariano Arquidiocesano de la Virgen del Carmen en Barrios Altos (Lima), los gestos de piedad se multiplican en julio, siendo la fecha central el 16, y los fieles, entiéndase autoridades y feligreses, se acercan para rendirle un merecido homenaje, como las habituales peregrinaciones parroquiales que fomentan la fe y renovación del compromiso a la Virgen, con la celebración Eucarística y la bendición de los escapularios.

La historia narra que fue doña Catalina María Doria, la que mando construir la iglesia, aunque se desconoce el año exacto. Mas bien, junto al templo se levantó el monasterio de Carmelitas Descalzas el 17 de diciembre de 1643. El santuario ha pasado una serie de modificaciones y tiene un estilo como los templos católicos de Italia.

En su día central, la imagen de la Virgen del Carmen sale en procesión para recorrer las calles limeñas. Para esto, desde 1647 muchos devotos peruanos, incluso extranjeros, asisten al santuario para venerarla. Y es gracias al cardenal Juan Landázuri Rickets, que el 16 de julio de 1988, declara a la iglesia del Carmen como Santuario Mariano Arquidiocesano.

La imagen de la Virgen que se venera en el santuario ha recibido variadas condecoraciones del Gobierno e instituciones públicas y privadas como Reina y Patrona del Criollismo (16 de julio de 1960), Declarada Alcaldesa de Lima y custodia de las llaves de la ciudad (16 de julio de 1974), Coronación Canónica por la arquidiócesis de Lima (16 de julio de 1988), Orden del Sol del Perú (14 de julio de 1988), Medalla de honor del Congreso del Perú: Grado Gran Cruz (1 de diciembre de 1993) y Vicuña de Plata (movimiento Scout del Perú el 10 de julio de 1999).

Al visitar el templo el devoto debe probar los deliciosos chocolates del monasterio, el Choco Carmen y el Limón del Carmen, preparados por las hermanas descalzas. Ellas mismas atienden en la venta de los dulces tradicionales, a través de una especie de ventanita, cuidándose del contacto con el exterior.

En muchas parroquias y capillas bajo la advocación de la Virgen del Carmen vienen realizando las novenas y preparándose para las procesiones.