XXIX Domingo del tiempo ordinario: “Jesús se hizo siervo”
Una vez más la liturgia nos presenta hoy a Jesús prefigurado en el Antiguo Testamento.
La primera lectura pertenece al capítulo 53 de Isaías sobre el llamado siervo del Señor.
Después de narrar cómo mataron y enterraron al siervo, leemos:
“El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación”… pero inmediatamente habla de la fecundidad del sufrimiento padecido: “verá su descendencia, prolongará sus años… Por los sufrimientos de su alma verá la luz… mi siervo justificará a muchos porque cargó con los crímenes de ellos”.
Todo esto es lo que padeció Jesús por nosotros: “como cordero llevado al matadero”, a quien el Apocalipsis presenta como “cordero degollado y puesto en pie”.
Con esta imagen San Juan presenta a Jesús, muerto y resucitado.
El salmo 32 nos invita a admirar la Palabra del Señor. De ella dice que actúa con libertad y ama el derecho y la justicia y además está llena de misericordia.
Esa Palabra es creadora de cuanto existe.
Esa Palabra es providente. Sus ojos protegen a quien le teme.
El Te Deum, himno de acción de gracias de la Iglesia, termina como el último versículo del salmo que es el que hemos repetido como antífona responsorial:
“Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros como lo esperamos de ti”.
Este salmo nos hace pensar también en las palabras del primer capítulo de San Juan que enseña: “Todo se hizo por la Palabra y sin ella no se hizo nada de lo que fue hecho”.
La carta a los Hebreos nos presenta también a Jesús sufriente siguiendo la línea del “siervo del Señor” que con su sacrificio se convierte en el sumo y eterno Sacerdote capaz de compadecerse de nuestras debilidades, porque “ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado”.
Termina con una invitación para todos:
“Acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente”.
El párrafo que precede al Evangelio de hoy nos presenta una escena que siempre me ha impresionado. Lee e imagínala:
– “Estaban subiendo a Jerusalén” (donde Jesús iba a ser crucificado).
– “Y Jesús iba delante de ellos” (sin duda embebido en el sacrificio que se acercaba).
– “Ellos estaban sorprendidos” (porque no era lo ordinario ver que Jesús se les adelantara).
– “Y los que seguían tenían miedo” (se contagiaron del temor y quizá recordaron los anuncios de la pasión que les había hecho anteriormente).
Después de esta introducción, Jesús reunió aparte a los doce y les hizo un tercer anuncio de su pasión y resurrección.
En ese ámbito de dolor y humillación, descubrimos una vez más que los apóstoles eran bien pobretes y no comprendían nada del misterio de Jesús.
Fíjate qué piden los “hijos del trueno”:
“Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda”.
Jesús, paciente, les dice: “No sabéis lo que pedís”.
Luego, pensando en su propio futuro preguntó:
“¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?”
Contestaron: “¡Lo somos!”
Jesús completó: “El cáliz que yo voy a beber lo beberéis… pero el sentarse a mi derecha e izquierda no me toca a mí concederlo; ya está reservado”.
La cosa empeora porque los demás se ponen celosos y se indignan contra los hijos del Zebedeo.
Jesús los llama a todos y les da la gran lección de humildad:
“El que quiera ser grande sea vuestro servidor y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos… porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan sino para servir y dar su vida en rescate por todos”.
Qué foto tan bien hecha de lo que tantas veces sucede hoy.
Hay muchos que quieren a Jesús y su Iglesia para conseguir privilegios. Piensan que los “cargos” son para medrar.
Como los apóstoles entonces estas personas no saben quién es Jesús y qué pide a sus discípulos. En cambio todos los apóstoles bebieron el cáliz y todos murieron mártires…
Que Jesucristo, siervo del Señor, nos ayude a entender qué es un cristiano y qué privilegio trae el seguirle: ¡servir!
José Ignacio Alemany Grau, obispo
Un minuto para enriquecer tu formación
* Respondiendo a la inquietud del domingo pasado:
La diferencia de la respuesta de Jesús a Pedro, entre los dos evangelistas, es muy importante ya que Marcos añade “con persecuciones”.
* Para este día te pregunto:
¿Conoces qué es el Te Deum? ¿Lo has leído?
¿A quién representa el siervo de Dios del Antiguo Testamento?
Medio de comunicación digital líder en informaciones. 10 años evangelizando con las buenas noticias.