Artículo: Chachapoyas y Santo Toribio, por Dr. José Antonio Benito

Algunos datos sobre la presencia de Santo Toribio en Chachapoyas:

  1. Yana yaco es un centro arqueológico de Chachapoyas que recuerda el paso del infatigable arzobispo andarín Toribio Mogrovejo por el 1598. Así nos lo ofrece una tosca lápida de piedra junto a la fuente milagro­sa atribuida a la acción del Santo, con un borroso grabado en el que figura una cruz, la mitra y el cayado de pastor.
  1. GARCÍA IRIGOYEN, C. Santo Toribio…Las fiestas centenarias. 2t Librería Sant Pedro Lima 1908 .Los dos tomos se refieren al III Centenario: Tomo I

Se menciona que en el pueblo de Quinjalca se venera también al Santo y se conserva una casulla que dejó en beneficio de dicha iglesia. En Jalca Grande se le venera con especial devoción y fiesta anual. Lugares visitados por el santo hay muchos. De que quede constancia en el recuerdo de los pueblos prácticamente ninguno. Sí hay uno que tiene particular significación y el es pueblo de Yambrasbamba, donde celebró uno de los sínodos diocesanos. Para ir y venir haría falta un día entero. También se puede visitar Yanayacu, donde están adecentando el entorno del pozo.

  1. MENCIONES DE CHACHA EN EL DIARIO Y PROCESO

Primera Visita: (1584-1591) Chachapoyas: Hizo el descenso girando hacia el Oeste, adentrándose en los valles del Amazonas. El 16 de marzo de 1587 escribe desde Chachapoyas, cursando al Rey una petición para las iglesias de Chachapoyas, Moyobamba y León de Huánuco. El 13 de marzo de 1589 recibe una carta Memorial del Vicario de Chachapoyas sobre las necesidades de las iglesias de la ciudad.         Reanuda la visita y, desde Lima, en febrero de 1589 visitó fugazmente la provincia de Trujillo. El 13 de marzo de 1589 sabemos que está en Andajes, Ancash, provincia de Cajatambo. Allí está al menos hasta el 17 de abril. El 16 de febrero de 1590 lo tenemos en Trujillo de nuevo por poco tiempo pues debe presentarse en octubre de 1590 en Lima, para el concilio provincial de 1591.En estos años, recorrió 11.000 kilómetros dejando su vajilla de plata como limosna en alguno de los poblados andinos y, lo más importante, con riesgo de su vida por las dificultades que tuvo que sortear.

El cuarto sínodo tuvo lugar en Santiago de Yambrasbamba, provincia de Chachapoyas (Amazonas) en septiembre de 1586. ; La constitución 19 prohibía a los corregidores intervenir en causas de idolatría y la 20 que no lleven impuestos a los indios. “Yo, Luis Pérez, clérigo diácono secretario del Ilmo. Sr. Arzobispo de Los Reyes, mi señor, doy fe y verdadero testimonio a los que vieren el presente, como en el pueblo de Santiago de Yaurasbamba provincia de los Pacallas, término y jurisdicción de los Chachapoyas, domingo 7 de septiembre, víspera de la Natividad de Nuestra Señora de este presente año de la data de este testimonio, en la Iglesia de este dicho pueblo, estando mucha gente en él congregado así de españoles como de indios leí y publiqué en alta e inteligible voz este sínodo diocesano y constituciones en él contenidas todo de verbo ad verbum, como en él se contiene. Toribius archiepiscopus de Los Reyes

Segunda Visita: (1593-1598). La segunda gira la realiza desde 1593 a 1598. Recorre 7.500 kilómetros visitando las regiones de Ancash -cerca de Chavín-, Trujillo, Lambayeque, Cajamarca, Chachapoyas, Moyobamba. La inicia el 7 de julio de 1593, en la doctrina de Carabayllo, hacia el kilómetro 32, hoy englobada en Lima Norte y en la diócesis del mismo nombre de Carabayllo. De aquí se dirige hacia Aucallama, en el valle de Chancay, Palpa y Huaral, para continuar por Huacho y Huaura. El 24 de julio está ya en Totopón, junto al río de la Fortaleza o Pativilca, de donde continúa a Cajacay. De aquí pasa al Callejón de Huaylas, se desvía a Casma y, por la costa, se dirige al norte hasta Jayanca. Vuelve hacia Pacasmayo, sube a Cajamarca, y de allí por Pallasca penetra en Huaylas llegando a Llamellín en febrero de 1595. Varía de rumbo, pasa a Chachapoyas para volver a Huamachuco y ascender de nuevo a Cajamarca y Chachapoyas en 1597. [314v] [r] De Vuldebuhio tomó su señoría en ¿litera?  Chachapoyas para tener allí la consagración del óleo que hay 50 leguas y más de mal camino el cual anduvo su señoría en 8 días y de Chachapoyas fue a visitar la doctrina de Cheto; de Chachapoyas a Cheto 4,5, 808, 5 De Cheto a Moyobamba 6 de Moyobamba [r] 2”

[161v] Y en la dicha doctrina de Utcubamba, que está junto a Chachapoyas, hay las estancias siguientes: la estancia de Andrés de Aguilar, tiene un indio y hortelanos.

La estancia de doña Inés Fleyre, tiene hortelanos y dos Tributarios casados, con un hijo, que son 6 personas. La estancia y trapiche de don Juan de Guevara tiene 7 Tributarios casados y dos viejos, uno viudo y otro casado que son por todas ánimas 17. La estancia de Ana Mego tiene quince ánimas en ella. La estancia y huerta de Melchor Ruiz tiene un indio tributario y cuatro ánimas. La estancia de Agustín de Orduña tiene dos Tributarios casados; que son por todas siete personas. La estancia de Juan Pinedo tiene un indio tributario casado que son por todas ánimas 8. La estancia de los indios yungas libres en Quillillic tiene dos indios que hay ánimas 4. Estas estancias las aplicó SU SEÑORÍA al cura de los yanaconas de Chachapoyas.

Justo dos años antes de finalizar el siglo XVI, en 1598, a los 18 años de hacerse cargo de la iglesia de Lima, Mogrovejo envía una “relación y memorial” al Papa en el que da cumplida información de su labor, así como un retrato fidedigno de su dilatada arquidiócesis con cinco “villas” (Ica, Cañete, Chancay, Santa y Saña) y cuatro “ciudades” (Trujillo, Huánuco, Chachapoyas y Moyobamba).

  1. TAYLOR, G. “Santo Toribio de Mogrovejo en el país de los Chachapoyas” Identidades  Lima, Año 1, número 8, 6 de mayo de 2002, 4-5

Para los campesinos de las diferentes comunidades andinas el Santo aparece con un bastón de plata que le permite realizar milagros y lo hace ingresar en el linaje directo de los héroes culturales andinos como Viracocha del sur o de los ancestros fundadores de linajes como Manco Cápac, munido de un bastón de otro. Según la leyenda la misión fundamental de Toribio, aparte de la conversión al cristianismo, fue la “reducción2 de las tribus belicosas a comunidades organizadas a la manera de las aldeas españolas. En el Alto Imaza, donde él había concentrado en la aldea de Olleros una población originaria del bosque amazónico, no pudo impedir a una parte de los habitantes retornar regularmente a sus tierras de origen donde seguían los ritos paganos. Cansado de soportar el problema hizo surgir la cordillera oriental de los Andes que separó para siempre a los cristianos (los que permanecieron en las reducciones) de los chunchos o jíbaros aguarunas paganos. Parte de la población de los Olleros se habría desplazado hacia otro centro del Alto Imaza, Diosán, donde cohabita hoy en día con una comunidad originaria de la puna, la de Yambajalca; las dos comunidades poseen sendas capillas y sendos centros administrativos.

En la comunidad de Conila, en Luya, Santo Toribio aparece como compañero del general Balquishahua, según algunos enviado por el Inca, para otros por el rey de los Chachapoyas, para pacificar a los conilanos rebeldes. En la tradición oral Toribio el verdadero héroe no es Toribio sino el general.

La comunidad que guarda la tradición con mayor fuerza es la de La Jalca. Aquí, munido de su bastón de plata, Santo Toribio no sólo agrupa las tribus locales sino que establece los atributos que van a caracterizarlas y los ritos respectivos que ellos deberán ejecutar durante las fiestas locales, sobre todo las de San Juan y San Pedro en junio. Durante las mismas, que celebran la cohesión del conjunto y la potencia individual de cada una de las cuatro parcialidades La Jalca, se levantan capillas en las cuatro esquinas de la plaza, centro ceremonial tradicional de la comunidad. Dos de estas capillas están dedicadas respectivamente a San Pedro Puma (u oso) y a Yana San Pedro (San Pedro negro). El texto de Taylor nos presenta una versión recogida en 1975 en La Jalca. Se trata de la evocación del estado de behetría que precedía el ordenamiento hecho por Santo Toribio, la pacificación de las tribus, la prohibición de construir casas redondas tradicionales y la obligación de reemplazarlas por casas cuadradas, además de la desaparición de los gentiles con sus tesoros.

“En tiempos antiguos, Santo Toribio, quien se paseaba en los pueblos de los punas, llegó a la Jalca Grande. Allí encontró gentiles que peleaban entre ellos. ´Todos ellos querían ser el jefe principal. Santo Toribio llegó munido de un bastón de plata. Ordenó a los genitales adorar este bastón y vivir en paz. Los dividió en cuatro parcialidades y les dio los nombres siguientes: Barrios de Collana, Barrio de Puy, Barrio de San Antonio0 y barrio de Shócol. Estableció los ritos que estas cuatro parcialidades irían a ejecutar: los collana y los puy recibieron sus bailes; los sanantonios sus pequeñas antaras y los shócol sus bailes de los incas y de las Pallas. Ellos bailan allí en la plaza de La Jalca, los hombres y las mujeres con peinados elegantes y acompañados de muchachitas. Él los hizo reunirse en la plaza y los invitó a sentarse alrededor de un mantel extendido sobre el suelo y cubierto de comida (la plasamesa); comieron juntos manteniendo relaciones armoniosas. Desde entonces hasta ahora, vivimos así. Seguimos colaborando alegremente en las tareas comunitarias.

Antes que los europeos apareciesen e La Jalca, sólo habían casas redondas. Los gentiles, al saber que los europeos iban a venir, no los esperamos. Se enterraron vivos. Hasta nuestros días permanecen bajo tierra en el encanto. Cuando Alonso de Alvarado llegó a La Jalca hizo demoler todas estas casas redondas e hizo construir una nueva ciudad en la que las casas eran rectangulares. Aquí permaneció tres años. Luego partió a construir una nueva capital en Levanto.

5. Testimonio del proceso de beatificación

– 30. Cristóbal de Alvarado Mosquera, de Chachapoyas, vecino encomendero del repartimiento de Lebanto, 30 a (331). No conoció a TAM por no haber nacido pero que ha escuchado “excelencias de la gran virtud, santidad y milagros”

–          35. Fr. Diego de Narváez, predicador general de la OP y prior del convento de Lima, 66 a. Le

conoció “desde que entró en ella (Ciudad de los Reyes) que fue por el año 81 hasta que murió y le trató y comunicó en muchas partes de este arzobispado y le ordenó desde subdiácono hasta presbítero” [364] . Se despeña en Jauja y le salva el Padre Lebrato, criado [f.366v][367]…Entró en muchas partes a visitar donde jamás había entrado prelado en especial en las provincias de Chachapoyas y Moyobamba a donde ordenó a este testigo de sacerdote, caminando por caminos muy peligrosos de sierras, montañas y temples desabridos sin tener regalo ni alivio ninguno porque no era hombre que los recibí ni quería sino tratarse muy pobremente y sin tener regalos con ofrecerle muchos y aun que este testigo se los ponía en su casa y se los daba cuando le visitaba como cundo comía antes en días de Cuaresma en todas las doctrinas del valle de Jauja así de religiosos de nuestro Padre san Francisco como de nuestro Padre Santiago el mayor ” [369v]”estando en la ciudad de Chachapoyas, una jornada hacia la ciudad de Moyobamba para ir a él llegaron dos indios infieles de los motilones y le trujeron unos miquillos y papagayos y cosas de aquella tierra y el dicho señor arzobispo los agasajó y abrazó, pero no quiso recibir cosa ninguna de las que traían, los cuales le pidieron que entrase donde estaban con que recibirían muy gran gusto porque [370]querían ser bautizados y cristianos y el dicho señor arzobispo dijo a este testigo y al dicho Padre Fray Diego de Ayala que estaban allí en aquella ocasión, que qué les parecía si entraría o no. Y este testigo y el dicho Padre le respondieron que sus ovejas eran , que obligación había para reducirlas a la fe católica y el dicho señor arzobispo se resolvió a entrar adentro a donde estaban los dichos indios motilones infieles donde entiende que entró con el riesgo de la vida por que este testigo y el dicho Padre se vinieron antes a esta ciudad. Era cosa muy pública y sin género de duda que tomaba muchas disciplinas y hasta derramar sangre y que dormía sobre maderos y en el suelo sin tener cama y que pasaba lo más de la noche en muy grandes contemplaciones y siempre le veía este testigo hablar y tratar de cosas de Dios con muy grande alegría interior y exterior”